Sergio Ramírez: "Nuestra revolución no tiene nada que ver con la cubana"

Sergio Ramírez Mercado y Violeta de Chamorro, miembros de la Junta de Reconstrucción de Nicaragua, con rango de jefes de Estado, se entrevistaron ayer en Madrid con Felipe González dirigente del PSOE; Santiago Carrillo, del PCE, y con José Pedro Pérez Llorca, ministro de la Presidencia, en el curso de una visita a nuestro país para recabar colaboración española hacia su país Adolfo Suárez, con quien esperaban entrevistarse en la tarde de ayer, no les recibió. Un despacho de la agencia Efe informó que el presidente del Gobierno acudió a ver a su padre a una clínica madrileña, ya que había experimentado un agravamiento en su enfermedad.

Entre los temas específicos que los dirigentes sandinistas iban a discutir con Adolfo Suárez se encuentra la deuda de sesenta millones de dólares que el régimen del derrocado Anastasio Somoza contrajo con España. La Junta de Reconstrucción de Nicaragua desea reestructurar esta deuda y lograr ayuda sanitaria, tecnológica y cultural.«Nuestra revolución no tiene nada que ver con la revolución cubana, lo cual no significa que nosotros en Nicaragua no vayamos a hacer una revolución de verdad, como la que se hizo en Cuba», dijo a EL PAIS Sergio Ramírez, economista de 42 años, que ha encabezado la delegación nicaragüense que ha visitado esta semana Alemania Federal, Holanda, Bélgica y Austria.

Ramírez Mercado, que descartó eventuales riesgos de militarización del poder en Nicaragua, habló de la existencia de poderosos círculos interesados en que su país no haga la revolución, y de campañas de prensa insidiosas orientadas a este fin. Aseguró que «Nicaragua vive un proceso político pluralista y revolucionario, sin que hasta el momento se hayan dado enfrentamientos entre enfoques distintos dentro de los órganos políticos.

Para el comandante Bayardo Arce, uno de los nueve máximos dirigentes del Ejército sandinista, Nicaragua aceptó la oferta de un crédito norteamericano por valor de 75 millones de dólares -crédito que luego el Congreso norteamericano congeló-, por entenderlo como una expresión de un cambio favorable en la política exterior de Estados Unidos respecto a Nicaragua. «Nosotros estábamos dispuestos a obviar la historia de las relaciones entre nuestros dos paises si se iniciaba este cambio, pero el crédito ha sido bloqueado. No obstante, el Gobierno de Washington no lo condicionó.»

A propósito de los recientes acuerdos firmados en Moscú por una delegación gubernamental y militar nicaragüense, Sergio Ramírez destacó que tales pactos son similares a los rubricados con otros países, como Austria, Rumania o Alemania Federal. «La Unión Soviética no tiene posibilidad de incidir en la política nicaragüense», dijo.

En cuanto a la situación en el país respecto a los prisioneros somocistas, Violeta de Chamorro, de la Junta de Reconstrucción, hizo hincapié en que el régimen abolió la pena de muerte tras el derrocamiento de Somoza, con lo cual «se evitó que corrieran cataratas de sangre en Nicaragua». Se subrayó además que gran parte de los ex somocistas han sido puestos en libertad. «Incluso son ex somocistas algunos de los que dirigen los comités de defensa del sandinismo», afirmaron. Estos órganos cumplen funciones cívico-económicas, de organización ciudadana y de control de precios, según señalaron.

Para Felipe González, que asistió a la entrevista, «la única política inteligente respecto a Nicaragua es la de la solidaridad sin condiciones». Más adelante afirmó que «si en Nicaragua ha habido algún error, ha sido de generosidad hacia los derrotados». Para el líder socialista, la situación nicaragüense ha sido incomprendida en Europa y «la focalización de la crisis internacional en Oriente Próximo y Asia Mesoriental convierte la revolución sandinista en más viable de lo que pudiera pensarse».

Medios socialistas calificaron de deficiente el tratamiento protocolario dado por el Gobierno español a los dirigentes nicaragüenses, dos de ellos con rango de jefes de Estado.