EEUU aguarda el próximo desenlace de la ocupación de su embajada en Teherán
En Washington se espera el próximo desenlace de la ocupación de la embajada estadounidense en Teherán. Según anunció ayer el ministro de Asuntos Exteriores, Sadeli Gotbzadeli, los 49 rehenes qué permanecen secuestrados desde hace más de tres meses, saldrán hoy del recinto diplomático para ser entregados al Consejo de la Revolución. Luego, podrán ser vistos por la comisión de la ONU. La manifestación integrista convocada ayer en Teherán, tuvo unas dimensiones ridículas. El fin de la hazaña estudiantil de la ocupación de la embajada consistirá en una declaración televisada.La Administración Carter reacciona con extrema prudencia a las noticias procedentes de Teherán, sobre la eventual liberación de los cincuenta rehenes norteamericanos detenidos en la embajada de EEUU en la capital iraní, desde el pasado 4 de noviembre. «Debido a la extraordinaria delicadeza de la situación, nos limitamos a examinar lo que dicen en Teherán, y esperamos para ver lo que van a hacer», declaró Zbigniew Brzezinski, consejero especial del presidente Jimmy Carter en asuntos de política exterior. Por su parte, el portavoz del Departamento de Estado, Hodding Carter, recordó las propuestas del presidente de EEU U de renovar la ayuda económica y militar a Irán, siempre y cuando se liberen los rehenes.
En Washington, las autoridades muestran cierta sorpresa por la rapidez con que el Gobierno iraní de Abdul Hassan Banisard reacciona a la reciente visita de la Comisión de Investigación de la ONU, encargada de informarse sobre los crímenes del régimen del sha y las implicaciones directas con el Gobiemo de Estados Unidos.
Un gesto por parte de Washington, reconociendo que existió en el pasado una vinculación directa con la dictadura del sha, facilitaría la tarea al Gobierno de Banisard para presentar ante la opinión pública iraní la liberación de los rehenes. Por el momento, en la capital norteamericana se muestran muy cautos y esperan que cristalice el primer paso: la anunciada cesión del control de los rehenes, detenidos por los estudiantes islámicos revolucionarios, al Consejo de la Revolución.
A nivel popular, las familias de los rehenes en Teherán confirmaron también el ambiente de prudencia ante las tantas veces esperada liberación. En el curso de una conferencia de prensa, la mayoría de esposas de los cautivos de Teherán se declararon «satisfechas» de la actitud del presidente Jimmy Carter frente al Gobierno iraní.
La conferencia de prensa respondía, en cierto modo, a las críticas realizadas un día antes por Bonnie Graves, otra de las esposas de uno de los rehenes, quien criticó vivamente la Administración Carter por la forma de tratar el conflicto con Irán, y denunció el carácter neocolonialista de la política exterior de EEUU, lo que obliga a presentar excusas ante Teherán. Excusas que, por el momento, Carter no parece dispuesto a ofrecer, alegando que la coalición entre Washington y el sha es un tema que pertenece al pasado.
Según el diario The Washington Post, Irán espera una declaración política de EEUU, lamentando su apoyo al sha, acompañado de la garantía para una rápida normalización de las relaciones entre ambos países, con la desaparición del embargo comercial y el deshielo de los fondos del Estado iraní depositados en instituciones bancarias norteamericanas. Concesiones que se sumarían en el futuro a un programa de ayuda económica y militar. El portavoz del Departamento de Estado recordó que la toma de la embajada de EEUU en Teherán, fue anterior a la invasión soviética en Afganistán. Elemento que cambia el panorama geopolítico en la zona de Asia Central y que los norteamericanos quieren explotar a fondo para restablecer sus relaciones con el nuevo régimen islámico de Teherán.
