Probable apoyo alemán al boicot norteamericano
La visita del secretario de Estado norteamericano a Bonn, una visita «entre un desayuno y un almuerzo», como se la ha calificado aquí, dada su brevedad, ha puesto de relieve una plena concordancia de pareceres entre Cyrús Vance y los políticos alemanes -su colega federal Genscher y, cronológicamente después, el canciller Schmidt- y un interés mutuo por intensificarlos contactos.
En una breve conferencia de prensa, Vance apoyó la sugerencia de los ministros europeos de Asuntos Exteriores sobre una «neutralización» de Afganistán, pero dio a entender que tal status implica también serios riesgos. Estados Unidos «está dispuesto a mejorar el actual sistema de consultas con sus aliados», al tiempo que «confía en que la República Federal de Alemania cumplirá fielmente sus compromisos contraídos en el seno de la OTAN». Lo mismo ha sugerido el secretario de Estado sobre un respaldo alemán al boicot de las olimpiadas.La visita de Vance a Bonn, segunda en un plazo de dos meses, parece haber perseguido un objetivo básico, repetido estos días también por parte alemana: el de demostrar a la Unión Soviética que no existe fisura alguna en las relaciones entre Washington y Bonn.
A su llegada al aeropuerto de Colonia-Bonn, el secretario de Estado fue más explícito cuando aseguró, en, sus palabras de salutación, que se proponía mover a los aliados europeos a que prestasen «una respuesta enérgica y adecuada» sobre la crisis de Afganistán. Más explícito ha sido también el portavoz de su departamento, Hodding Carter, que ha declarado a los periodistas en Bonn que Washington está dispuesto a negociar directamente con Moscú una solución a la crisis afgana y, con sus aliados occidentales, una «respuesta coordinada» al comportamiento de la Unión Soviética. Según el portavoz, Vance se proponía estudiar sobre el terreno las posibilidades existentes para dotar a Europa de una mayor capacidad defensiva, de modo que no se produjese un vacío, en el caso de que las tropas norteamericanas establecidas en el Viejo Continente fuesen enviadas con el correspondiente armamento, a la conflictiva zona de Oriente Próximo. Estados Unidos, según el portavoz, espera que Gran Bretaña eleve el número de sus soldados al este de Suez, que Francia mejore las instalaciones de su base militar en el territorio de Yibuti y que Italia emplee su influencia en numerosos países árabes como «palanca» contra la ocupación de Afganistán. En opinión, de Hodding Carter, la RFA habrá de incorporarse a la serie de veinticinco países que, según sus cálculos, han garantiza do ya su ausencia de los próximos Juegos Olímpicos.
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