La URSS y la India mantienen divergencias sobre la crisis de Asia central
Andrei Grorniko, ministro soviético de Asuntos Exteriores, prolongó unas dos horas su estancia en Nueva Delhi, para evitar el fracaso de su visita oficial a la India, iniciada el martes pasado.Groiniko mantuvo antes de su salida para Moscú una entrevista inesperada, de 45 minutos de duración, con la primera ministra hindú, Indira Gandhi, con la que anteriormente sólo había mantenido una conversación el mismo día de su llegada a la capital hindú.
Al término de este primer encuentro había sido anunciado oficialmente que «la India y la URSS estaban de acuerdo para examinar conjuntamente los medios para reducir la tensión» creada en el sur de Asia tras la intervención soviética en Afganistán, a finales de diciembre.
Pero las declaraciones de Gromiko, en el curso de la cena ofrecida el martes en su honor, amenazando a Pakistán, en caso de que «aceptase ser una base americano-china de agresión contra Afganistán», y descartando la hipótesis de una posible retirada de tropas soviéticas de Afganistán, indispusieron al Gobierno hindú, que no veía sobre qué bases podía firmar un comunicado conjunto con el jefe de la diplomacia soviética.
Ni en público ni en privado, los dirigentes hindúes han podido, al parecer, obtener de Gromiko la menor indicación sobre el calendario y las modalidades de una eventual retirada de las tropas de la URSS de Afganistán.
Tono más moderado
La jornada del miércoles, que, según anunciaron portavoces oficiales hindúes, iba a estar, en principio, dedicada a «la búsqueda de los medios para reducir la tensión», concluyó con declaraciones tan vagas que el influyente diario Indian Express opinaba ayer que, «por primera vez desde hace veinticinco años, la India y la URSS expresan puntos de vista diferentes sobre un importante problema internacional».
Consciente del riesgo de fracaso que corría su viaje, Gromiko moderó el tono en una segunda alocución pronunciada el miércoles por la noche en el curso de la cena que ofreció en honor de su homólogo hindú, Narasiniha Rao. El ministro soviético de Exteriores se limitó a decir que «las instrusiones paquistaníes en Afganistán tienen que cesar», e incluso añadió: «Estamos convencidos de que existe aún una posibilidad de que la India y Pakistán establezcan relaciones de buena vecindad.»
Sólo en el momento de su salida para Moscú fue anunciada la publicación de un comunicado conjunto que, a falta de acuerdo sobre el tema, no menciona la situación en Afganistán ni la eventual retirada soviética del país, limitándose a señalar que las conversaciones bilaterales se habían desarrollado «en un clima de confianza mutua y de cordialidad ».
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