Moscú reacciona sin triunfalismo a la decision del Comité Olimpico de acudir a la URSS
La unanimidad con que los 73 participantes de la 82.1 sesión del Comité Olímpico Internacional reunidos en Lake Placid han decidido que los Juegos Olímpicos deben tener lugar en Moscú, ha sido recibida en la URSS con una pensada prudencia. Las primeras informaciones evitan todo comentario triunfalista, si bien es cierto que no es ningún secreto que esta decisión supone la primera gran victoria de la Unión Soviética frente a Estados Unidos después de la invasión de Afganistán.
La noticia ha sido dada por la agencia Tass desde Lake Placid, y los informativos de radio y televisión la han recogido, dándola un tratamiento especial y con evidente satisfacción, pero limitándose a dar datos sin ningún tipo de comentario. Se resalta que entre los participantes de la sesión estaban los dos norteamericanos, y se hace mención especial a las palabras de lord Killanin, de «consolidar la unidad del movimiento olímpico, que sirva a la causa de la paz y la comprensión entre los pueblos».Condenados por la ONU, en el pasado mes, por 104 votos contra dieciocho; condenados por la conferencia islámica de Islamabad, los dirigentes soviéticos han sabido esperar y ahora consideran que los deportistas, como tribunal especial del mundo entero, les manifiestan un apoyo cuya ausencia temían.
Durante las últimas semanas, en que los medios de comunicación ofrecieron gran cantidad de información sobre la preparación de los Juegos Olímpicos -aunque sin evitar comentar la situación de boicot y siempre condenando la decisión de Carter-, se ha hecho un enorme esfuerzo para evitar la inquietud de la población. Con esta primera decisión del COI se afianza la tesis soviética que ha presentado la crisis como una provocación de la Casa Blanca, utilizada en la preparación de la campaña electoral del presidente Carter y no avalada por todos los países occidentales.
La prensa soviética ha desplazado a Lake Placid a sus enviados especiales, quienes a diario cuentan, y no acaban, de las pésimas condiciones en que se encuentran los atletas de la URSS, «encerrados en auténticas celdas de prisión y con mucho frío».
La Casa Blanca ha reiterado que Estados Unidos boicotearán la Olimpiada de Verano si ésta se celebra finalmente en Moscú.
El presidente Carter hizo esa declaración a través de su secretaría de prensa, como reacción fulminante al anuncio por el Comité Olímpico Internacional de que los Juegos tendrán lugar en la Unión Soviética.
«Lamentamos la decisión del COI y el rechazo de nuestra propuesta de cambio de sede, suspensión o cancelación de la Olimpiada», dijo Jody Powell, portavoz presidencial. «Bajo estas circunstancias ni el presidente Carter ni el Congreso de Estados Unidos ni el pueblo norteamericano puede apoyar el envío de un equipo deportivo de este país a la Olimpiada de Moscú.»
Respondiendo a informaciones sobre una posible retirada parcial soviética de Afganistán, funcionarios norteamericanos insistieron en la madrugada del miércoles en que debe producirse una retirada total antes del día 20 de febrero para que Washington reconsidere su decisión de boicotear los Juegos.
Los funcionarios agregaron, sin embargo, que el Comité Olímpico norteamericano podría disponer de un plazo de tiempo razonable después de esa fecha, para responder a la petición del presidente Carter, en el sentido de que no sean enviados a Moscú los atletas estadounidenses.
Esta oferta al Comité se interpreta como una posibilidad abierta por la Casa Blanca a la reconsideración de su postura de boicot a los Juegos, si los soviéticos comenzaran a evacuar Kabul algunas semanas después del plazo tope puesto por el presidente Carter.
Los aliados europeos
El Gobierno de Alemania Federal no quiso comentar ayer la decisión del Comité Olímpico en Lake Placid.
El Gobierno de Bonn no ha concretado todavía, según Klaus Boelling, portavoz gubernamental, los términos de la recomendación que formulara al Comité Olímpico de la República Federal, favorable hasta ahora a la participación alemana en los Juegos.
Londres, por su parte, ha manifestado su desilusión ante la decisión del COI.
Un portavoz del Ministerio británico de Asuntos Exteriores declaró que Gran Bretaña continúa sosteniendo su posición en favor del traslado de la sede de los Juegos Olímpicos fuera de territorio soviético.
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