_
_
_
_
Tribuna:SPLEEN DE MADRID
Tribuna
Artículos estrictamente de opinión que responden al estilo propio del autor. Estos textos de opinión han de basarse en datos verificados y ser respetuosos con las personas aunque se critiquen sus actos. Todas las tribunas de opinión de personas ajenas a la Redacción de EL PAÍS llevarán, tras la última línea, un pie de autor —por conocido que éste sea— donde se indique el cargo, título, militancia política (en su caso) u ocupación principal, o la que esté o estuvo relacionada con el tema abordado

La España necesaria

Francisco Fernández Ordóñez va a publicar un libro titulado La España necesaria, en Taurus. Trata, en él, de configurar el futuro educacional español y cosas así. Apasionante, pero imprudente:-Estás teorizando al borde del abismo, tronco -le digo- Hablas del futuro cuando resulta que el presente puede volar como el puente sobre el río Kwai.

Lo cual que un conocimiento, mío que trabaja en TVE tiene un loro que se sabe el estribillo de aquella película, y lo silba entero. El loro de Otero Besteiro, en cambio, sólo dice:

-Otero, un besito. Otero, un besito.

Almuerzo con Llanos y Carmen Diez de Rivera:

-Los rusos acabarán yéndose de Afganistán -dice Llanos.

-Naturalmente. Cuando hayan dejado allí un Gobierno propicio -le explica Carmen, a la que alguien me ha definido hoy como «lúcida y amarga».

Esto que cuento puede propiciar otra nota de la agencia soviética de noticias Tass como la que han dado ayer sobre mí, vía Efe, que me lee Antonio Casado y que viene a decir: «El escritor español Francisco Umbral se ha manifestado favorable a la concurrencia a los Juegos Olímpicos de Moscú. En esta capital se considera al escritor español como un heterodoxo por su frivolidad ideológica, aunque si reconoce su carácter crítico.» Carmen, Llanos y yo constituimos una trilateral heterodoxa de restaurante barato. A pesar de lo cual, ellos me compran en los tenderetes de Opera (al fin, la venta callejera a toda galleta: gracias, Tamames), una pegatina que dice: «¿Nucleares? No, gracias.» A media tarde me retratan con la levita verde de Larra y salgo con la pegatina en la solapa. Larra también se la hubiera puesto. La España necesaria que estamos necesitando no necesita de bombas /centrales nucleares. A ver si Tass coge el detalle y me absuelve, pues, teniendo en cuenta que yo no soy bailarín del Bolshoi ni tengo pluma, no me va a ser fácil escapar a la órbita soviética ni darme de baja como «portavoz rojo de los rojos», ministro. Sólo se puede cruzar el telón de acero, -sin romperlo ni mancharlo, a paso de danza y vestido de lago de los cisnes

Ceno en La Fuencisla con Paco Ordóñez, que está manco de haberse caído en la nieve y saca una mano por el pico del chaleco, como un personaje de Ops, de Topor o de Magritte. Hablamos de su libro La España necesaria. Cuando fue a la clínica con el brazo descolgado le tuvieron una hora esperando, solo, con formidables y espantosos dolores, y al final tuvo que encajarse el brazo él mismo, a base de torsiones circenses. Lo más necesario de nuestra España necesaria es una sanidad social que funcione.

-Mira, Paco -le digo-, tú hiciste una reforma fiscal que empezaba a ser acollonante, acometiste gigantes y molinos que muelen el oro del paleocapitalismo español, y ahora te ves como te ves, cesado y manquito, porque los molinos dijeron basta.

Ordóñez, tan lúcido, duda también de que sea el momento de configurar dernocráticamente, culturalmente, el futuro, cuando apenas si tenemos un presente.

-Ese pragmatismo tuyo es el mismo de Suárez -me dice Suárez, en su orden de prioridades no olvida cada mañana eso que yo llamaría «la guerra del norte» y no puede o no quiere perder el tiempo en otras cosas.

En efecto, la primera necesidad de la España necesaria es existir, pues, como recuerda Ortega, comentando la Historia de Roma de Mommsen, había un profesor que lo explicaba así:

-El Imperio Romano comenzó por no existir. Nuestra reciente democracia comenzó por no existir. España ha existido poco o ha existido demasiado, hipertrofiada por los poetas invictos de Secretaría General del Movimiento. Entre la España mínima del 98 y la España máxima o maxiespaña de Franco, a ver si logramos, sencillamente, la España necesaria.

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo

¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?

Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.

¿Por qué estás viendo esto?

Flecha

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.

Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.

En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.

Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_