_
_
_
_
Tribuna:
Tribuna
Artículos estrictamente de opinión que responden al estilo propio del autor. Estos textos de opinión han de basarse en datos verificados y ser respetuosos con las personas aunque se critiquen sus actos. Todas las tribunas de opinión de personas ajenas a la Redacción de EL PAÍS llevarán, tras la última línea, un pie de autor —por conocido que éste sea— donde se indique el cargo, título, militancia política (en su caso) u ocupación principal, o la que esté o estuvo relacionada con el tema abordado

Decisión política

La escalada de dificultades que ha de afrontar Comisiones Obreras en su empeño de hacer inviable el acuerdo-marco suscrito por UGT y CEOE se incrementó ayer con la homologación, por la correspondiente atitoridad laboral, del convenio colectivo de la construcción de Madrid, firmado en solitario por UGT y ajustado al referido acuerdo-marco.De esta manera, la Administración abandona el papel pasivo que había adoptado al iniciarse los primeros contactos entre patronal y organizaciones obreras para establecer un pacto de cara a la negociación colectiva, y de manera abierta favorece los planteamientos ugetistas, al prestar su apoyo legal a un acuerdo de carácter contractual como el suscrito entre socialistas y patronal.

El Gobierno, aunque dudó, se pronunció finalmente por la homologación del convenio de la construcción, suscrito tan sólo por UGT. La central comunista, que en su estrategia de no firmar pactos que puedan aparecer sujetos al acuerdo-marco podía paralizar la negociación colectiva con sus desenganches de la discusión de convenios, se ha visto de esta manera desbordada por la resolución de Trabajo.

Dicha resolución, pues, va directamente dirigida a favorecer los planteamientos sindicales de UGT frente a los intereses comunistas. Para ello, las dudas que en la mañana de ayer pudieran existir en el Ministerio de Trabajo fueron, al parecer, disipadas por la intervención del propio vicepresidente segundo del Gobierno, Abril Martorell.

La homologación, ne obstante, no se ajusta a derecho. según denuncian mediosiurídicos, toda vez que si su ámbito es general no puede reconocerse este carácter a una fuerza obrera que tan sólo ostenta el 16% de la representatividad del sector (frente a un 66% de CCOO), tal como indican los propios datos que obran en poder del Ministerio de Trabajo.

La otra alternativa posible, cual es que el ámbito funcional del convenio homologado fuera tan sólolimitado a las partes que lo han suscrito, imposibilitaría dicha homologación, por cuanto no existe convenio colectivo (de colectividad), sino un simple pacto o contrato entre dos partes que libremente así lo establecen.

Incluso tampoco es lógico una tercera posibilidad, apuntada por medios jurídicos ugetistas, en el sentido de que la Administración pudiera dictar laudo para el resto del sector no afecto a la representatividad de la Unión General de Trabajadores, toda vez que el laudo sólo tiene justificación cuando las partes en negociación, una vez fracasada ésta, recurren al conflicto colectivo, circunstancia que aquí no se ha dado.

En este contexto, la homologación del convenio provincial de la construcción de Madrid aparece como una clara opción gubernamental por el modelo sindical de UGT y, por supuesto, va más allá del simple trámite burocrático de la maquinaria administrativa del Estado y comporta una decisión política que es previsible tendrá su continuidad en la posición gubernamental de cara a la polémica sindical entre comunistas y socjalistas.

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo

¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?

Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.

¿Por qué estás viendo esto?

Flecha

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.

Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.

En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.

Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_