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GENTE

Tres

mujeres tendrá Ricardo de la Cierva como «altas asesoras» en el Ministerio de Cultura. Son una atleta, Carmen Valero; una actriz, Nuria Espert, y una académica de la Lengua, la escritora Carmen Conde. Aunque ayer no había sido ultimada la lista oficial de componentes de ese consejo asesor del ministro, se daba por seguro que, además de las citadas, el organismo quedaría integrado por los escritores Julián Marías, Camilo José Cela, Domingo Pérez Minik, Josep María Castellet, Manuel Alcántara, Santiago Amón, Baltasar Porcel, Francisco García Pavón y Pedro de Lorenzo; los profesores Vicente Palacio Atard, Martín de Riquer y Mario Hernández Sánchez Barba; el historiador y antropólogo Julio Caro Baroja; el editor Juan Salvat; el pintor murciano -de la tierra del ministro, precisamente- Manuel Muñoz Barberán; el teórico del deporte José María Cagigal y el compositor Cristóbal Haffter.A Gerardo Diego se le puso en pie el café Gijón de Madrid, en un aplauso de homenaje, el pasado lunes. Era su primera visita a la tertulia cotidiana tras el Premio Cervantes. Gerardo Diego llegaba caminando, como siempre, un poco después de lo normal, al filo de las cinco de la tarde. Los primeros que le vieron fueron los de la llamada mesa de los cómicos, en que se sientan Manuel Vincent, Jesús Fernández Santos, Alvaro de Luna y otros escritores, actores y profesionales, que empezaron a aplaudirle. Gerardo Diego se dirigió a la tertulia de los poetas, que le esperaban ya en pie, mientras se iba levantando todo el café, que a esas horas suele estar muy concurrido. Como recordó alguien, sólo una vez había aplaudido este café de artistas: fue a José Ortega y Gasset, cuando el pensador español volvió de Lisboa. Otra vez ocurrió en otro café de Madrid: cuando Ramón y Cajal visitó su tertulia después de haber ganado el Nobel... Gerardo Diego, visiblemente emocionado en esta ocasión, cumplió la tradición de invitar a sus contertulios en fecha señalada. Entre ellos estaban Eusebio García Luengo, Francisco García Pavón, Enrique Azcoaga, Carlos de la Vega, Luis Burón, Ramón de Garciasol, Eduarda Moro, Eladio Cabañero, José Carcía Nieto y un largo etcétera. Precisamente en estos días le van a ofrecer una cómida de homenaje que complete ese otro, más masivo y más espontáneo.Los premios a La más extraordinaria incompetencia, que cada año se otorgan en Estados Unidos, han tenido esta vez los más diversos destinatarios. El principal lo obtuvo el ayatollah Jomeini, lider chiita de Irán. En la lista de diez incompetentes no está sólo el dirigente religioso. Le acompañan Hamilton Jordan, jefe del Gabinete del presidente de Estados Unidos, que ha saltado a la fama por su carácter ínformal y por estar implicado en un supuesto escándalo por consumo de drogas en una discoteca de Nueva York. Además está Lee Iacocca, el presidente de la compañía Chrysler, que está en crisis, Henry Kissinger, ex secretario de Estado norteamericano, ha recibido también un galardón a la incompetencia. Bárbara Walters, famosa entrevistadora de televisión estadounidense, y el actor Lee Marvin han sido asimismo premiados. Finalmente hubo las elecciones obvias: el antiguo sha de Irán, el depuesto dictador nicaragüense Anastasio Somoza y el primer ministro canadiense Joe Clark que duró en su puesto menos de un año y que dentro de unas semanas vivirá nuevas elecciones generales en su país. Estos premios los otorga desde hace diez años el doctor Laurence Peter. Los trofeos consisten en dinosaurios de oro. La elección se basa en El principio de Peter, un libro en el que el citado profesor expone su teoría de que la industria y el negocio premian a sus empleados promocionándoles hasta un nivel superior al de la competencia que demuestran.Quien nunca será premiado con un galardón a la incompetencia cinegética será el secretario general del Partido Comunista de España, Santiago Carrillo, quien, a pesar de no ser cazador, tiene buena puntería, y en su última estancia de vacaciones en Bulgaría abatió a una cierva y a un jabalí. A la primera le disparó desde seiscientos metros.

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