Polémica sobre unas palabras del Papa relativas al sexo

, Juan Pablo II ha levantado una polvadera de comentarios con su discurso en la última audiencia general sobre el cuerpo humano y la sexualidad. Algunos párrocos de Roma se han escandalizado. El escritor Carlo Bo publicó en primera página del Corriere della Sera un artículo a cinco columnas lanzando las campanas al vuelo. Título: «Volviendo a la Biblia, el papa Wojtyla ha dado nobleza a la belleza del amor sexual». Y una afirmación con tonos triunfalistas: «Se ha tratado de un discurso de una tal importancia que ha cambiado siglos de incrustaciones e interpretaciones erróneas sobre la importancia de la vida sexual».El discurso del Papa se refiere a una serie de comentarios de tipo catequésico que está haciendo desde hace varios meses, en las audiencias del miércoles, comentando el libro del Génesis.

Esta fue la frase clave del discurso del Papa: «El cuerpo humano, con su sexo y su masculinidad y femineidad, visto en el misterio mismo de la creación, es no solarnente fuente de fecundidad y de procreación, sino que encierra también la capacidad de expresar el amor, aquel amor en el cual el hombre persona se convierte en don y mediante este don actúa el sentido de su ser y de su existir». Con estas palabras, afirma Carlo Bo, «el cuerpo ya no se humilla, ni se juzga, ni se presenta como instrumento de degradación y descubre su primera función, que es la del don, la del placer pleno consentido, sin limitacione constricciones».

Por lo que se refiere a los párrocos de Roma interpelados después del discurso del Papa, algunos han manifestado «sorpresa», otros, malhumor. Un viejo párroco respondió al diario «Lo mejor sería hablar menos de esta sexualidad porque no es de ahí de donde viene toda la felicidad. Lo decían ya los antiguos: post coitum animal triste.»

Y los teólogos, ¿cómo han reaccionado? Uno de los moderados, el padre Gino Concetti, moralista y colaborador de L'Osservatore Romano, afirma que el Papa se ha mantenido en la línea del concilio, pero que «interpretar el amor fuera del matrimonio sería forzar el texto del Papa».

¿Y los progresistas? El teólogo moralista Gianni Gennari, a cuya parroquia asisten a misa, cada domingo, varios líderes de la dirección del Partido Comunista, ha afirmado que «afrontar el problema de la sexualidad con un lenguaje desenvuelto como lo ha hecho Wojtyla, es bello y nuevo». Pero ha añadido: «Lo que hace falta es que el Papa saque ahora todas sus consecuencias prácticas, por lo que se refiere al control de nacimientos y a la posición de la mujer en la Iglesia, sin que reproponga siempre, como lo hizo en su viaje en América, un "continuismo eclesiástico" que paraliza la teología y la misma conciencia cristiana en las posiciones del pasado».