Brejnev, contrario a la invasión, según dos periódicos alemanes
El jefe del Estado y del Partido Comunista soviético, Leónidas Brejnev, parece que es contrario a la invasión de Afganistán, pero su posición no ha logrado imponerse a la mayoría en el buró político de su partido. Ello significaría que se ha acentuado la crisis en la cúspide política de la Unión Soviética. Esta información aparecía ayer, en primera página, en dos importantes diarios suprarregionales alemanes, el General Anzeiger, de Bonn, cercano al Ministerio de Asuntos Exteriores, y el Frankfúrter Rundschau.
La versión de ambos periódicos, coincidente en los menores detalles en ambos casos, dice estar apoyada en fuentes de Europa oriental, generalmente bien informadas. Según estas fuentes, «el control político en la Unión Soviética se ha vuelto incalculable». Se hace notar, asimismo, que, contra toda práctica anterior, esta vez León¡das Brejnev no ha aparecido en público, desde que comenzó la invasión de Afganistán, para explicar los motivos de tal operación a los ciudadanos soviéticos. Como indicio de un posible cambio de orientación en la cúspide soviética, se hacer notar que en los últimos días Moscú ha retenido ciertos envíos con destino a sus países aliados, mientras que ha reclamado de éstos la entrega de cantidades superiores a las establecidas en los acuerdos comerciales bilaterales de otras materias.
No se especifica si se trata de elementos estratégicos o de materias primas. También se ha dado a conocer que la Unión Soviética ha pedido a un número no determinado de países europeos orientales que «acepten comprar» sus misiles de alcance intermedio SS-20, cuyo servicio, al igual que los correspondientes cohetes norteamericanos respecto de los aliados occidentales, quedaría encomendado al propio ejército soviético.
Por parte de la RFA, el ministro de Asuntos Exteriores, Hans Dietrich Genscher, ha declarado a la emisora del sur alemán, Suedeutscher Rundfunk, al final de un Consejo de Ministro presidido por él, que Bonn no dejará a Estados Unidos en solitario a la hora de aplicar medidas de presión sobre la Unión Soviética en relación con la crisis de Afganistán. El Gobierno federal ha llamado también a su embajador en Moscú con el fin de realizar consultas hasta, por lo menos, el final de la próxima semana. Asimismo, se ha dado a conocer que, «a petición soviética», ha quedado aplazada la novena reunión de la comisión mixta germano-soviética.
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