Moscú reitera que no negociará con la OTAN sobre los "euromisiles"

La URSS insiste en no entablar conversaciones sobre el tema del emplazamiento en Europa de cohetes de alcance medio. «Se han destruido las bases para el diálogo en torno a este problema», ha escrito ayer en Literaturnaya Gaceta, el asesor, en materia informativa, de Leónidas Brejnev, Leónidas Zamiatin, ex director de Pravda, miembro del Comité Central e íntimo colaborador del .secretario general desde hace once años, quién subraya que no existe desproporción en el armamento que actualmente poseen ambos bloques militares, según informa nuestro corresponsal en Moscú, Ismael López Muñoz.

A las dos semanas de la reunión celebrada por el Consejo de la OTAN, en Bruselas, la Unión Soviética hace un balance y expresa un lamento por las decisiones tomadas en la capital belga. Se señala que prácticamente sólo fueron la República Federal de Alemania, Gran Bretaña e Italia, quienes apoyaron la decisión de instalar en Europa nuevas armas nucleares norteamericanas. La negativa de otros Estados supone, según los analistas soviéticos, «que la distensión ha arraigado fuertemente en las conciencias y en los corazones de las personas y es difícil extirparla».

En este sentido, nuestro corresponsal en Bonn, Julio Sierra, informa que el Gobierno de la RFA ha pedido a la Unión Soviética que abandone sus persistentes ataques contra el ministro de Asuntos Exteriores de Bonn, Hans Dietrich Genscher, y se avenga a negociar o a comprometerse expresamente con una negociación sobre la reducción del armamento nuclear de medio alcance en Europa.

La RFA responde así a una nueva serie de invectivas por parte de Moscú contra el citado ministro y jefe del Partido Liberal alemán, a quien los soviéticos atribuyen una parte importante en la decisión de la OTAN, sobre los misiles Pershing-2 y Cruise. Para el Gobierno federal, Moscú no es realista si pretende clavar una cuña en la alianza occidental, en el Gobierno de Bonn y en el Bundestag (Parlamento).

Por otra parte, los soviéticos se lamentan, igualmente, de que el propio Carter reconociera en junio, en Viena, en su entrevista con Brejnev, que existía «un equilibrio de fuerzas», equilibrio que meses más tarde es negado. «Ahora se nos quiere proponer negociaciones desde posiciones de fuerza», escribe Zamiatin en su mencionado artículo, «pero a la parte occidental no le saldrá nada de esto. Es un paso atrás.»

Para los alemanes, los soviéticos confían ahora en poder distanciar a Holanda y Bélgica del resto de la Alianza occidental, pero sólo conseguirán un efecto diametralmente contrario si persisten en sus ataques contra Genscher y la OTAN en bloque. También han pedido «realismo» a los soviéticos, destacados políticos de los partidos representados en el Bundestag.

Estas ofensivas y contraofensivas diplomáticas coinciden con informaciones procedente de EEUU, según las cuales, once miembros de la OTAN introducirán, en 1980, 11.270 nuevas armas, incluyende dos tipos de aviones de caza.

Los ministros de Defensa de Bélgica, Gran Bretaña, Dinamarca, la RFA, Grecia, Italia, Luxemburgo, Holanda, Noruega, Portugal y Turquía, tras una reunión en Bruselas, presentaron los programas y planes para 1980 de lograr un acuerdo de incremento de gastos militares en un 3%, en términos reales.