El PCE insiste en negociar

El Grupo parlamentario Comunista volvió a pedir ayer al partido del Gobierno una interrupción de los debates del Estatuto de los Trabajadores, para pasar a debatir en el Pleno del Congreso el Estatuto de RTVE y dar margen para nuevas negociaciones. No fue aceptada esta propuesta, pero la sesión de la mañana transcurrió entre continuas entradas y salidas de los diputados centristas, comunista y socialistas que vienen participando en estos contactos.Finalizada la sesión de la mañana, el secretario general del PCE, Santiago Carrillo, mantuvo, junto con Jordi Solé Tura, una breve conversación con el presidente del Gobierno. Los comunistas reiteraron a Adolfo Suárez su posición contraria al estatuto e insistieron en la conveniencia de iniciar conversaciones, especialmente en lo relativo al título tercero. Suárez les replicó diciendo que todavía faltaba tiempo para la discusión de dicho apartado.

Durante el Pleno, Rafael Calvo entraba y salía del hemiciclo constantemente para intercambiar criterios, y cuando estaba en la Cámara era continuamente consultado por los tres grupos mencionados, produciéndose entre los mismos un intercambio generalizado de papeles y notas apresuradas. Los acuerdos se iban haciendo sobre la marcha, de forma muy precaria, lo que provocó algunos errores. Así se aprobó por unanimidad una enmienda al artículo 15, y nada más producirse la votación, el ministro de Trabajo tomó la palabra para señalar que había habido un error en la redacción de la enmienda que acababan de aprobar.

Fuentes socialistas insinuaron la posibilidad de que el Gobierno, a nivel del ministro de Trabajo (no del presidente Suárez), podría acceder a los deseos comunistas de «fotografiarse» a tres, en plan negociador, de cara a la opinión pública.

Por otra parte, el PNV ha presentado al PSOE una redacción nueva del polémico artículo 81, que motivó su abandono de los debates de la Comisión de Trabajo, que los socialistas están estudiando en esos momentos. Los nacionalistas vascos sostienen que en la redacción actual el estatuto restringe la posibilidad de un marco de relaciones autónomas para Euskadi y pone cortapisas al desarrollo de los sindicatos de ámbito de nacionalidad.