El patriotismo y el PSOE
El Partido Socialista, antes de la guerra española, tuvo algunos líderes que eran buenos españoles, que colocaban España por encima de su propio partido: Besteiro, De los Ríos. Pero no puedo por menos de manifestar mi repulsa por la actuación global del Partido Socialista durante la II República Española.Los líderes patrióticos fueron arrollados: unas veces pactaron a favor de los extremistas, y, en otras, el Partido Socialista colaboró de forma principal en el caos que precedió a la guerra civil y se sometió a los dictados comunistas durante esta guerra.
No es el caso de recordar las mil tropelías que les hicieron los comunistas a los socialistas en la guerra, y buena prueba de su nobleza es haberlas olvidado.
Hemos de reconocer que el PSOE ha tenido, en la España actual, un comportamiento correcto; que sus principales líderes han estado a la altura del Partido Socialista que hubiesen deseado Besteiro y De los Ríos, y que se han hecho acreedores a ser mirados con respeto.
El peligro de este partido son los individualismos y los infiltrados. Dicho de otro modo: los que siguiéndole la corriente o alentando demagógicamente a los extremistas del partido, con el fin de obtener sus ambiciones personales, desbordan a los verdaderos líderes y rechazan el planteamiento moderno del socialismo en los países desarrollados, o los francotiradores que introduce el Partido Comunista, pronto a apropiarse de sus socios, como lo hizo el señor Carrillo en 1936.
Este señor creo que sabe dos cosas: primera, que si no da un salto, aunque parcial, hacia la socialdemocrácia, corre los graves riesgos antes señalados, y segunda, que la aceptación de una actuación futura marxista, con su lucha de clases, es antipatriótica, y más tarde o más temprano conduce al comunismo.
Le deseo todo género de suerte al señor González, porque es también deseársela al partido y a España.
Por supuesto que el tema es algo más complejo que como ha quedado expuesto, pero la simplificación obedece a la idea que desarrollamos, que no es otra que, si el señor González logra sus propósitos en el próximo congreso, el Partido Socialista habrá tenido una actuación patriótica que sabrá aceptar como tal la derecha e incluso la ultraderecha.
Si esta derecha es generosa en su reconocimiento, se habrá dado un gran paso hacia una verdadera reconciliación que favorece la eliminación de los obstáculos que impiden el florecimiento del patriotismo que deseamos.
Creo que el socíalismo actual sabe que la inmensa mayoría de los españoles, que pusimos el alma para lograr el desarrollo de nuestra patria, colaborando con el Gobierno de Franco, no somos ni idiotas ni cobardes; nos adherimos unánimemente a la figura de Franco porque sabíamos que nos conducía hacia el bien de la patria, como así resultó. Por ello, al ofender la obra de Franco, se está ofendiendo al pueblo español, que colaboyó en esa obra con toda su alma.
Por esto, el Partido Socialista, al valorar la obra de Franco, no sólo demostraría su patriotismo, sino también el reconocimiento del trascendental esfuerzo del pueblo español.
Mucho más cuando la entrada del Partido en el juego político no ha sído por una lucha frente al sistema vigente, sino por propia generosidad del mismo sistema, sin pedirle nada a cambio.
Hemos expuesto la cruz del tema, falta la cara.
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