Ambiente de crisis internacional en Washington por el asunto de las tropas soviéticas en Cuba
Después de haber mantenido ayer dos reuniones de urgencia con sus consejeros en asuntos de seguridad nacional, el presidente Jimmy Carter parece a punto de anunciar al país y al mundo, en una alocución televisada el lunes por la noche, la decisión definitiva de su Gobierno sobre la presencia en Cuba de una brigada del Ejército soviético. El ambiente en Washington era ayer similar al de las grandes crisis internacionales. Carter prometió el pasado martes informar a la nación, en el plazo de una semana, sobre el resultado de las conversaciones con la URSS respecto a esa unidad militar basada en Cuba, que los norteamericanos aseguran es de combate, mientras los rusos sostienen que es una brigada de entrenamiento.
Se ha anunciado oficialmente que el presidente hablará por televisión el lunes. Parece ser que Carter presentará ante la cámara pruebas de sus afirmaciones, que podrían ser fotografías tomadas por satélites espías o transcripciones de conversaciones interceptadas por sofisticados medios de espionaje electrónicos.Desde que el secretario de Estado, Cyrus Vance, y el ministro de Asuntos Exteriores soviético, Andrei Gromiko, salieran con gesto sombrío de su reunión de tres horas el jueves por la tarde, en Nueva York, la situación se parece mucho a una crisis, pese a los desmentidos oficiales. Gromiko y Vance se limitaron a decir que habían mantenido conversaciones «serias», y el canciller soviético emprendió ayer viaje de regreso a Moscú, dejando la clara impresión de que se ha alcanzado un punto muerto.
Vance voló inmediatamente después a Washington, para informar al presidente. El jueves por la noche y el viernes por la mañana fueron convocadas dos sesiones urgentes del Consejo Nacional de Seguridad (NSC), el máximo organismo consultivo para problemas relacionados con la seguridad nacional. La primera duró casi dos horas, hasta bien entrada la noche. La segunda se prolongó hasta que Carter tuvo que salir para dar la bienvenida oficial al presidente de México.
Estuvieron presentes el vicepresidente, Walter Mondale; el secretario de Estado, Cyrus Vance; el secretario de Defensa, Harold Brown; el director de la CIA, Stansfield Turner; el jefe del Alto Estado Mayor Conjunto, general David Jones, y el consejero presidencial para Asuntos de Seguridad, Zbigniew Brzezinski; el no menos influyente jefe del Gabinete de la Casa Blanca, Hamilton Jordan; el director del presupuesto federal, James McIntyre, y un largo etcétera de ayudantes, subsecretarios y otros altos funcionarios de la Administración Carter.
El portavoz de la Casa Blanca, Jody Powell, dijo que se le había ordenado no decir ni una palabra de lo tratado en la reunión del Consejo Nacional de Seguridad. La adopción de medidas de carácter militar para responder a la presencia en Cuba de la brigada soviética ha sido descartada en público varias veces por miembros del Gobierno norteamericano. Pero algún tipo de acciones deberán tomarse, cuando parece que la vía diplomática se ha bloqueado y los sectores conservadores exigen una respuesta de Carter a lo que consideran una «provocación» de los soviéticos.
Carter anunciará en las próximas horas esa decisión, cualquiera que sea cuando se cumple exactamente un mes desde que el senador Frank Church denunciara la presencia en Cuba de una «brigada de combate». El presidente está bajo constantes presiones de los republicanos y del ala más conservadora de su propio partido demócrata. Un senador republicano, Nacy Kassebaum, presentó ayer una enmienda al tratado SALT II por la que el pacto no entraría en vigor hasta que existan garantías de que la brigada rusa ha abandonado Cuba.
Mientras los partidarios de la «línea dura» frente a la URSS apremian a Carter para que dé una respuesta enérgica, el senador demócrata Robert Byrd, líder de la mayoría, hablaba ayer de una «seudocrisis» y decía que las tropas rusas en la isla han creado una situación «cercana a la histeria», pese a que la unidad había sido detectada hace mucho tiempo, aunque sólo ahora se la identificó como una brigada de combate.
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.