El Mediterráneo oriental, paraíso de la piratería

Navíos que desaparecen, mercancías que cambian de destino, cargamentos por valor de millones de dólares que pasan a manos piratas: las «operaciones misteriosas» en las costas orientales del Mediterráneo comienzan a preocupar seriamente a los Gobiernos de la región.Líbano, después de los años de guerra civil, es centro neurálgico de un tráfico clandestino de mercancías, considerado como uno de los más importantes de este siglo.

El tema salió a la luz la pasada semana en la prensa de Beirut, con la publicación de detalles relativos al desvío hacia un puerto clandestino, en el norte de Líbano, de un carguero (el Betty), que transportaba mercancías, estimadas en más de tres millones de dólares, y destinadas a comerciantes saudíes..

El Betty, navegando bajo pabellón chipriota, se desvió de su ruta hacia un puerto griego para ser sometido a reparaciones. Allí, después de ser pintado y rebautizado Five Stars, zarpó con bandera panameña. Su carga fue vendida a cuatro comerciantes libaneses y siguió rumbo a un puerto próximo, a Jounieh (norte de Líbano), bajo control de las milicias cristianas.

El asunto suscitó vivas protestas del Gobierno saudita ante las autoridades libanesas, que abrieron una investigación. Mientras, el ex Betty se desprendía de su carga de hierro, cebada y madera, bajo estrecha vigilancia, y lejos del tumulto de notas diplomáticas.

Este caso de piratería marítima no es aislado y el tema inquieta cada vez más a los Gobiernos de países de Oriente Próximo, especialmente al Estado libanés, que ha decidido tomar medidas para proteger la libre navegación en las costas e impedir eventuales operaciones piratas.

Desde hace dos años, cerca de cincuenta cargueros han desaparecido entre Grecia, Chipre y Líbano, siguiendo más o menos los mismos pasos del Betty, informa el diario libanés Al Liwa.