El monarca alauita puede perder el apoyo de su Ejército
La «prolongada y frustrante» guerra del Sahara está debilitando el apoyo del Ejército marroquí al rey Hassan II y podría propiciar un nuevo intento de golpe de Estado militar, según informes del espionaje norteamericano revelados el domingo por el diario The Washington Post.
El periódico de la capital federal cita, a «fuentes seguras» que tuvieron acceso a esos informes de los servicios de inteligencia, diciendo que si el conflicto bélico en el Sahara occidental se prolonga mucho puede suponer «el fin de los trescientos años de monarquía en Marruecos y, su sustitución por algún tipo de autoridad militar».
Los informes del espionaje norteamericano señalan que el respaldo al monarca continúa debilitándose a causa de la guerra, especialmente entre los oficiales jóvenes del Ejército, quienes piensan que Hassan II no está luchando con el suficiente tesón para lograr la victoria en el Sahara.
La política de la Administración Carter hacia Marruecos, añade el Post, ha creado resentimiento en Rabat, donde algunos marroquíes se consideran traicionados por Estados Unidos. En círculos del Congreso se compara a Hassan II con el sha de Irán y con Anastasio Somoza, y se ve a Marruecos como otro «test» para Washington de cara a un viejo aliado.
Refiriéndose a las peticiones de armas antiguerrilla hecha por Hassan II, el periódico señala que la Administración Carter debe decidir entre vender al rey lo que desea o arriesgarse a ver cómo uno de los más consistentes defensores de Estados Unidos cae del poder.
Por su parte, el diario The New York Times publicaba ayer, lunes, un artículo en su página de opinión en el que se afirma que si Marruecos es expulsado del Sahara, Hassan puede perder su trono». Firmado por John Damis, profesor de Ciencias Políticas en la Universidad de Portland (Oregón), el artículo pide respaldo diplomático y político de Washington para el rey de Marruecos.
Al examinar la situación, el articulista del Times indica que las ventas de armas norteamericanas no son un factor importante en la guerra del Sahara, y que, en vez de nuevos armamentos, la necesidad básica del Ejército marroquí es un cambio en su altamente centralizada estructura de mando, que permita rápidas respuestas a los ataques de la guerrilla y una coordinación eficaz entre el Ejército y la fuerza aérea.
«Norteamérica debe cambiar de una neutralidad pasiva a una neutralidad activa para ayudar a Marruecos a resolver su problema en el Sahara», escribe el profesor Damis. Si Hassan II perdiera su trono, dice más adelante, el régimen militar que le sustituye tomaría venganza contra Argelia, y esto, junto con la creación de un débil miniestado en el Sahara, sería la semilla de la inestabilidad en el noroeste de Africa durante una generación, algo que debe causar preocupación a los políticos norteamericanos.
El artículo del New York Times concluye pidiendo el apoyo de Estados Unidos al rey Hassan II, coordinado con acciones similares de Francia que podrían llevar a un «arreglo negociado» del conflicto.
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