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La crisis del Magreb

El rey Hassan de Marruecos, dispuesto a llegar hasta las últimas consecuencias para conservar el Sahara

El rey de Marruecos está dispuesto a llegar hasta las últimas consecuencias para conservar el Sahara occidental, declaró el domingo por la noche Hassan II, ante unos doscientos periodistas, en su primera conferencia de prensa después de la anexión de Oued ed Dahab (Río de Oro), el pasado día 13 de agosto.

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En su palacio de Fez, en un marco romántico de jardines perfumados con el olor de los jazmines y el azahar de los naranjos, evocador de las leyendas de las mil y una noches, Hassan II, muy distendido y sereno, dijo que mientras él encame la voluntad del pueblo marroquí, que parece querer llegar hasta las últimas consecuencias para conservar el Sahara, y hasta el último momento de su vida, los marroquíes siempre le encontrarán a la cabeza para defender el Sahara.Con respecto a la paz o la guerra, las dos grandes y obvias posibles salidas a la situación actual, el soberano marroquí señaló que no podía decirse, hoy por hoy, de cual de las dos se está más cerca. «Dentro de un mes o mes y medio», precisó, «creo que podré decir casi con exactitud, si vamos hacia la paz o hacia la guerra.»

En su declaración preliminar a la conferencia de prensa, Hassan II dio las claves de la invitación formulada a un número tan considerable de periodistas de todo el mundo. Se trataba sobre todo, en el ánimo del soberano, de recordar al mundo que este conflicto, que se acerca cada vez más a una confrontación de envergadura, Marruecos entiende que toda su actuación, incluida la reciente anexión de Otied ed Dahab, está basada en razones históricas y se apoya en el derecho más elemental.

De acuerdo con esa idea Hassan II hizo un breve y previo repaso de la historia reciente de la descolonización de su país, que España se comprometió, desde 1953, a apoyar hasta su total conclusión, y que « desgraciadamente tuvo que llevarse a cabo contra dos potencias colonizadoras diferentes que habían parcelado Marruecos a su guisa».

Para Marruecos, subrayó el rey, es clave el dictamen emitido por el Tribunal Internacional de Justicia de La Haya con respecto al Sahara.

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Ese dictamen, explicó el soberano, comportaba tres puntos claves: el Sahara antes de la colonización no era terra nullius. Existían lazos de vasallaje entre las poblaciones del territorio y el trono alauita. Se le reconocía a Marruecos estar en conflicto con España a propósito del territorio.

Esta opinión de La Haya que justificó, según dijo Hassan II, la marcha verde, es la que el pasado 13 de agosto llevó al Gobierno de Rabat a «ocupar Dajla y el Oued ed Dahab, que Mauritania iba a entregar al Polisario y aceptar el testimonio de vasallaje de sus pobladores».

El llamado Acuerdo de Argel, del 5 de agosto, entre Mauritania y el Polisario, añadió Hassan II, iba a hacer de Tiris el Garbia una terra nullius. «La manera en que Mauritania abandonó Tiris el Garbia no era ni una descolonización, ni una respuesta a ninguna resolución, sino simplemente una violación de todas las resoluciones votadas en la ONU y la OUA.»

Las dos resoluciones votadas en la ONU en 1975, aunque contradictorias o complementarias, insisten en la necesidad de consultar a la población. Incluso, la que fue falsificada en Monrovia, indicó el rey, hace poco, y que Marruecos rechaza, prescribía como etapa necesaria la consulta a la población. Naturalmente, eso necesitaba primero un alto el fuego y la paz, segundo una lista precisa de los habitantes de Tiris el Garbia, y tercero, definir quién iba a organizar el escrutinio. Y, por último, determinar las preguntas que se formularía a la población. «Nada de eso ha hecho Mauritania», señaló Hassan II.

El acuerdo de Argel no es más que un papel firmado después de un picnic, siguió Hassan II. «Jurídicamente hablando, el Polisario no existe porque no está ni en el seno del Comité de Liberación de la OUA en Tanzania, ni en la ONU, ni en la propia OUA. Es decir, que en el plano político y jurídico no existe, y, sin embargo, se le iba a entregar Otied ed Dahab. En cuanto a los mauritanos que han firmado el acuerdo, no tienen la suficiente representatividad legal ni de continuidad.»

Sobre las posibilidades de un encuentro con el presidente argelino, Chadli Benjedid, Hassan II dijo que aunque no existe ningún contacto al respecto, en su opinión las posibilidades de ese encuentro son superiores que en época de Huari Bumedian. «Chadli quizá espera tener una mayor libertad de acción en su país.»

Libia, precisó Hassan II, estaría encantada con una guerra entre Argelia y Marruecos, de la cual ambos países saldrían terriblemente debilitados y Gadafi se convertiría entonces en el líder del norte de Africa.

Ceuta y Melilla

Al hacer historia de las relaciones entre Marruecos y Argelia, y en particular el espinoso problema de fronteras, Hassan II dijo que el último caíd de Tinduf, antes de que esa región fuese incluida en 1953 en el departamento francés de Argelia, había rendido vasallaje a Mohamed V. Sin embargo, añadió, Marruecos firmó con Argelia un acuerdo de fronteras y no lo reniega. Marruecos tiene con Argelia fronteras bien delimitadas, que nosotros no hemos violado nunca.Con respecto a las mediaciones de que tanto se ha hablado de Francia y España, Hassan II dijo que nunca las había solicitado y que Marruecos no quería poner en apuros a ninguna de estas dos naciones, por las relaciones especiales de ambos con los países del Magreb. Francia y España, sin embargo, añadió, disponen de los suficientes datos y archivos como para demostrar que el Polisario no existe y que es una creación artificial.

Preguntado, por último, por un informador, que cuándo considerará Marruecos completada su unidad nacional y la descolonización, Hassan II reiteró una conocida posición de Rabat de que este país apoya la reivindicación de España sobre Gibraltar y que Marruecos sólo considerará que ha completado su descolonización cuando Ceuta, Melilla y los presidios «hayan sido restituidos a Marruecos».

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