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Reportaje:

Los ilicitanos representan hoy "El misterio de la Asunción"

En la tradicional obra, hasta las vírgenes son hombres

Como cada año, después de varios siglos de existencia, Elche será durante sus fiestas agosteñas el escenario del Misteri o Festa, drama sacrolírico asuncionista, que refleja la muerte de la Virgen y su subida al cielo.Dividido en dos actos, el primero de ellos, llamado la Vespra, recoge el deseo de la Virgen de morir para unirse con su hijo. El cielo le envía un ángel para anunciarle su muerte y entregarle una palma que deberá llevarse hasta su sepultura. La Virgen pide, antes de morir, ver de nuevo a los apóstoles. El ángel le concede la gracia y vuelve al cielo. Se reúnen los apóstoles ante la Virgen, quien después de darles sus últimas instrucciones muere. Se vuelve a abrir de nuevo el cielo, de donde desciende el Araceli o coro de ángeles, que recogen el alma de la Virgen, remontando de nuevo al cielo.

La "Festa"

El segundo acto, denominado la Festa comienza con la adoración de los apóstoles, presididos por san Pedro, de la Virgen yacente en su lecho. Cuando se disponen a dar sepultura al cuerpo yacente, aparecen los judíos, que quieren apoderarse del mismo para evitar que luego digan que ha resucitado. En su lucha con los apóstoles, quedan milagrosamente inmovilizados, por lo que, arrepentidos, se convierten, son bautizados por san Pedro y unidos todos en una misma fe, proceden a enterrar a la Virgen, mientras entonan cantos y salmos en su honor. Se vuelve a abrir de nuevo el cielo, de donde desciende el Araceli con el alma de la Virgen, penetra en la sepultura y, colocada la imagen de María resucitada en el centro del coro angélico, se eleva en el espacio entre cánticos. En ese momento llega santo Tomás, llorando, por no haber podido asistir a la muerte de la Virgen. Por su parte, el Araceli continúa su ascenso y en las proximidades del cielo sale a recibirlo la Santísima Trinidad, que corona a la Virgen como reina de cielos y tierra.Las representaciones del Misteri o Festa se suceden cada año en el interior de la basílica de Santa María de Elche, en donde, y pese al calor reinante, ilicitanos y forasteros se agolpan para presenciar la representación.

Un drama de generaciones

Varias son las dudas que se tienen sobre este drama sacrolírico, que se ha conservado con el paso de los siglos y cuyos papeles han pasado de padres a hijos, en sucesivas generaciones, salvaguardando de esta forma su escenificación cada año. Una de las principales dudas es la de su origen y antigüedad, de los que, pese a los estudios realizados en distintas épocas por diversos autores e investigadores, poco se sabe, al no tener testimonios escritos anteriores al siglo XVI. Todo parece indicar que el actual drama sacrolírico es el resultado de una serie de transformaciones de un original primitivo cuya antigüedad no es posible fijar con certeza.También han surgido dudas con la lengua utilizada en su representación y con su música, en la que algunos han querido ver el precedente de la ópera. De ambas cuestiones parece haberse llegado a una conclusión. Por lo que se refiere al texto, está escrito en catalán antiguo, de tipo medieval. Y por lo que se refiere a la música, depende fundamentalmente del gregoriano.

Sin mujeres

Sorprende en la representación la falta de mujeres. Todos los intérpretes, incluso las vírgenes, son siempre hombres, ilicitanos sin ninguna otra vinculación con el mundo teatral que la representación del Misteri. En los últimos años se ha creado una escolanía, de donde se surten las voces que, hoy y mañana, darán vida, una vez más, a la Festa. Unos días antes, se hizo la denominada prueba de voces, donde se elige a los niños que desempeñarán los papeles principales. De esta forma se conocen cada año los nombres de los intérpretes, reservados siempre a ilicitanos, con las únicas excepciones de san Pedro, ángel mayor de Araceli, y Padre Eterno de la Trinidad, que son representados por sacerdotes, ilicitanos o no. También antes de las representaciones se efectúa la prova, o prueba del ángel, para comprobar la resistencia al vértigo de los niños que descenderán desde el cielo hasta el cadafal, en una altura de 150 metros.El pasado año se filmó una película sobre el Misteri, que ya ha podido ser vista en Inglaterra y Estados Unidos. La película y la edición de un disco, realizada por la Unesco, han hecho que este drama, que fue declarado monumento nacional por la República, en 1931, sea ampliamente conocido en el exterior. Pese a todo, nada como poder presenciar la representación en directo, desafiando calores y aglomeraciones, de esta Festa, milagrosamente conservada.

Tan milagrosamente conservada como toda la mitología que Elche alberga, y uno de cuyos exponentes es la misteriosa Dama, descubierta hizo ahora 82 años por un labriego de La Alcudia. Tanto la escultura como la sorprendente celebración del Misteri han formado parte siempre del carácter mediterráneo y misterioso de esta ciudad costera.

A través de los años, eminentes musicólogos y escritores se han referido en sus obras a esta fiesta. Así, Oscar Esplá, Eugenio d'Ors, José María Pemán y otros intelectuales españoles han escrito comentarios positivos sobre determinados aspectos musicales y plásticos del misterio de Elche.

Como dato curioso cabe destacar que los protagonistas del misterio son todos varones, trabajadores de las fábricas ilicitanas, cantantes no profesionales, que dan una buena dosis de emotividad a la representación.

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