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La ponencia devolvió el texto pactado en la Moncloa que abre la puerta a la televisión privada en Euskadi

En el penúltimo día de trabajo de la ponencia conjunta que estudia el Estatuto de Guernica -hoy concluye su plazo, a las doce de la noche-, la aprobación de artículos experimentó un avance considerable y continuaban pendientes de negociación los puntos más espinosos. El texto llevado de la Moncloa a las Cortes sobre las normas básicas en materia de medios de comunicación social no obtuvo el acuerdo de la ponencia, tras un amplio debate sobre la posibilidad de introducir la televisión privada en el País Vasco, rechazada por la izquierda.El texto acordado en la Moncloa y sometido a la consideración de los ponentes en la mañana de ayer establecía que «el País Vasco podrá regular, crear y mantener su propia televisión, radio y prensa y, en general, todos los medios de comunicación social para el cumplimiento de sus fines». (El proyecto de Estatuto de Guernica era menos explícito sobre la televisión, ya que se limitaba a establecer que «el País Vasco podrá disponer y crear sus propios medios de comunicación social para el cumplimiento de sus fines».)

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La falta de un control de la comunidad autónoma vasca sobre la televisión estatal planteaba, a juicio. de algunos ponentes, las facilidades para el establecimiento de una televisión privada en Euskadi. Así lo manifestó el socialista Alfonso Guerra, para quien el texto de la Moncloa dejaba la puerta abierta a la televisión privada en el País Vasco.

En la conferencia de prensa del presidente de la ponencia conjunta, Emilio Attard, se dio cuenta de que el artículo 19, relativo a los medios de comunicación social, incluida televisión, quedó finalmente aparcado, a la espera de una renegociación.

Además de los artículos aprobados por la mañana, cuyos textos íntegros publicamos en estas páginas, en la sesión de la tarde la ponencia dio su aprobación al artículo 20, que establece, entre otras cosas, para el País Vascola competencia legislativa y de ejecución en las materias que por ley orgánica le transfiera o delegue el Estado, según la Constitución, a petición del Parlamento Vasco.

El artículo 21 se aprobó según el texto del Estatuto de Guernica: «El derecho emanado del País Vasco en las materias de su competencia exclusiva es el aplicado con preferencia a cualquier otro y sólo en su defecto será de aplicación supletoria el derecho del Estado.» En el artículo 23 se ha aclarado el alcance de la Administración del Estado en el territorio vasco y se establece un delegado del Gobierno que dirigirá y coordinará dicha Administración con la de la comunidad autónoma.

En el artículo 25 se aceptó, fundamentalmente, la redacción del Estatuto de Guernica, de forma textual, en lo que se refiere al número dos: «El Parlamento vasco es inviolable. » En el artículo 26 se produjo una discrepancia con los socialistas vascos, que reservaron conid voto particular el texto del proyecto de Guernica. La disidencia se produjo sobre el número 6, cuyo texto aprobado es el siguiente: «Los miembros del Parlamento vasco serán inviolables por los votos y opiniones que emitan en el ejercicio de su cargo. Durante su mandato, por los actos delictivos cometidos en el ámbito territorial de la comunidad autónoma, no podrá ser destenidos ni retenidos, sino en caso de flagrante delito, correspondiendo decidir, en todo caso, sobre su inculpación, prisión, procesamiento y juicio al Tribunal Superior de Justicia del País Vasco. Fuera del ámbito territorial del País Vasco, la responsabilidad penal será exigible en los mismos términos ante la sala de lo penal del Tribunal Supremo. »

Igual redacción e idéntico voto particular socialista, se produjo en relación con el apartado segundo del artículo 32, relativo al presidente del Gobierno vasco, en los mismos casos de los parlamentarios vascos.

La ponencia continuará esta tarde su trabajo, en la última sesión, que es muy posible que termine -dada la gran cantidad de temas aparcados que anoche quedaban por negociar- al filo de la medianoche,

Emilio Attard expresó su criterio sobre la conveniencia de «no dejar para septiembre» el debate sobre el Estatuto de Guernica en el seno de la Comisión Constitucional que preside. Estimó que podría hacerse compatible el estudio del Estatuto vasco en la comisión con el trabajo de la ponencia sobre el Estatuto catalán en la ponencia. Según el señor Attard, la iniciativa para habilitar un período extraordinario de sesiones para la comisión corresponde, de acuerdo con la Constitución, al Gobierno, a la Diputación Permanente de la Cámara o a la mayoría absoluta del Congreso. En cualquier caso, requiere que dicha propuesta sea sometida al Pleno del Congreso.

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