Festival de flamenco y "rock" en Barcelona
El pasado viernes tuvo lugar en la plaza de toros Monumental, de Barcelona, un festival que reunía desde una perspectiva presuntamente jazz y a Camarón de la Isla con el grupo Dolores, Weather Report y Jeff Beck con Stanley Clarke.El festival, que congregó a unas 10.000 personas, comenzó en punto con la aparición de Camarón, que en media hora escasa de actuación (la que le dejaron) mostró que cuando lo toma alguien con ideas, arte e inteligencia, el flamenco, en cualquiera de sus formas, puede ser una música para todos los públicos. Al menos así lo manifestaban los presentes que se hartaron de aplaudir hasta que una rápida e intempestiva iluminación general de la plaza nos convenció, tanto a los del escenario como a los del ruedo, de que aquello había acabado. Una lástima y al mismo tiempo un gozo: Camarón, un nuevo y radiante Camarón, nos dejó a todos con ganas de más.
Luego salen a la palestra Weather Report. Vaya por delante que Zawinul (teclados), Shorter (saxos) o Pastorius (bajo) es casi imposible que hagan mala música. Y sin embargo su actuación no resultó todo lo genial que podía esperarse. El joven Pastorius, que parecía llevar encima demasiado speed, aparecía descontrolado por completo, mientras Shorter dudaba seriamente en sus entradas y Zawinul cometía errores que yo nunca le había escuchado con anterioridad. En resumen, Weather Report hoy por hoy, es un grupo descompensado o mejor aún, no es un grupo sino una acumulación de enormes talentos trabajando sobre temas preciosos.
Tras casi una hora de espera salen Jeff Beck y Stanley Clarke, acompañados de teclas y batería. Y éste sí que era un grupo. Claro que su música (rock puro instrumental con ciertas remembranzas Jazzeras) es mucho más lineal que la de Weather Report, más primaria y más cuadrada. Pero sea cual fuere la razón, lo cierto es que la actuación de Beck con su guitarra Fender y sus poses de rocker nato, y de Stanley Clarke, con su bajo alucinante, . resultó enormemente efectiva. Realizaron todo tipo de temas, tanto de otros autores como de discos previos del mismo Beck o de Clarke. Bien, muy bien su actuación, en lo absoluto pretenciosa y llena de trucos válidos para enganchar al personal. Parte de este personal padecía, por cierto, del marchismo que Angel Casas denunciaba hace poco en la revista Fotogramas: a la menor disgresión acústica y/o sentimental, suave, etcétera, se alzaban inmediatamente una serie de silbidos con cierto regusto paranoico. Y es que la marcha está bien pero, asimismo, existe algo llamado sensibilidad.
Babelia
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