La crisis económica ha actuado como estímulo de la expansión universitaria

Ayer se celebró en un hotel madrileño el acto de presentación del libro Universidad, fábrica de parados, «un informe sociológico sobre las necesidades de graduados universitarios en España y sus perspectivas de empleo», realizado por un equipo de investigación dirigido por Jaime Martín Moreno y Amando de Miguel, que ha sido editado por Vicens Vives.El presentador oficial, José Jiménez Blanco, director del Instituto Nacional de Ciencias de la Educación, dijo que se trata de «un libro muy en la línea de Amando de Miguel, que se ha caracterizado siempre por llevar la investigación sociológica al ámbito de la vida cotidiana, y que se muestra lógicamente preocupado en los últimos tiempos, de modo muy especial, por la vida cotidiana de los jóvenes».

El director del Incie, organismo a cuya iniciativa se debe la realización del ensayo, se manifestó absolutamente convencido de que Universidad, fábrica de parados va a constituir un verdadero hito en la sociología de la vida universitaria española.

Antes de la celebración del acto, uno de sus autores, Jaime Martín Moreno, declaró a EL PAIS que les había preocupado mucho el que pudiera considerarse como un tanto elitista la idea de centrar la investigación de un problema tan grave y actual como el paro, precisamente, sobre el ámbito universitario.

Pensaron los autores que el valor de su trabajo podría residir justamente en su carácter indicativo del fenómeno general del paro.

El señor Martín Moreno, profesor de Sociología en la Universidad de Ciencias Políticas de la Universidad Complutense, añadió que para los autores ha constituido una sorpresa comprobar cómo, a partir de 1973, fecha clave en la crisis económica mundial, como consecuencia de la crisis de la energía, se produce un increíble incremento en el número de estudiantes universitarios en España. Esta constatación convierte, una vez más, el «caso español» en algo singular, pues, como se señala en el ensayo, «la crisis económica de 1973, lejos de contener el ritmo de expansión universitaria, funciona en realidad como estímulo de la misma».

El Informe de Amando de Miguel y Martín Moreno parte precisamente del deseo de analizar este problema, algunos de cuyos datos más significativos han sido ya aireados por el propio ministro de Universidades e Investigación, Luis González Seara, quien recientemente declaró en el Parlamento que para el año 1980 se prevé una cifra de 160.000 graduados universitarios en paro.

El libro se ha estructurado muy inteligentemente para facilitar al máximo su lectura, y, en contra de lo que suele ser habitual, es en los primeros capítulos donde se encuentran las conclusiones y, en concreto, las sugerencias para las posibles acciones correctoras del problema que más adelante se va a presentar en toda su preocupante desnudez.

En esa primera parte, los investigadores se manifiestan absolutamente convencidos de que la actual enfermedad de la universidad española es un fruto directo de la falta de planificación y que, por otra parte, «en un sistema capitalista, por definición, es difícil implantar la planificación educativa».

Se dice también que las autoridades educativas deben alterar el usual ritmo de trabajo y ponerse a decidir con mucha más antelación, y que «seguramente sólo un estado de autonomía real de las universidades puede facilitar esa necesaria capacidad de anticipar las decisiones».