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García Santesmases, pionero de la investigación española en automática

De la ferrorresonancia a la neurocibernética

El acto empezó a las ocho de la tarde en la madrileña calle de Valverde, sede de la Real Academia de Ciencias. Allí estaban, bajo la prer sidencia de Manuel Lora Tamayo, Carlos Sánchez del Río, presidente del CSIC; Angel Vián, rector de la Complutense; numerosos miembros del mencionado organismo; Fernando Chueca Goitia, presidente del Instituto de Españá, y la legión de continuadores de la obra iniciada por Santesmases.Era la hora de la gloria, esa gloria que el científico también aprecia, cuando, en palabras de Ramón y Cajal, al responder a la pregunta de cuáles deben ser las cualidades del científico, contestó que «necesariamente, independencia de juicio, curiosidad intelectual, perseverancia en el trabajo, religión de la patria y amor a la gloria». Pero antes de la gloria hay un largo camino.

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Corría el año 1952, en España, una España triste para la ciencia. Cuando las computadoras analógicas se hallaban en su fase evolutiva, García Santesmases, con un pequeño grupo de colaboradores del Instituto de Electricidad y Automática, iniciaba la investigación en el campo de las mismas, realizando más tarde el. diseño y construcción de un analizador diferencial electrónico, el primero de España, que fue terminado en 1954 y presentado en 1955, en el marco del I Congreso Internacional de Cálculo Analógico, celebrado en Bruselas.

Sobre este fascinante campo de la investigación actual, las computadoras digitales, los estudios fueron iniciados en la facultad de Ciencias de la mencionada universidad y en el Instituto de Electricidad y Automática del CSIC, pero los medios económicos que se lograron conseguir eran escasos, frente a la magnitud de la empresa científica propuesta. Se tuvieron que reducir, de momento, las aSpiraciones a realizar la unidad aritmética y de control de la máquina, partiendo de las técnicas conocidas en aquella época, que fueron terminadas en 1956 y que permiten efectuar la surna de dos números de ocho cifras decimales en un tiempo inferior al milisegundo. Es decir, máquinas capaces de realizar más de mil sumas por segundo.

Hoy, aquel,pequeño grupo de pioneros se ha convertido en el amplio espectro de científicos españoles creadores de una ciencia y tecnología propias, de las que depende buena parte del futuro. Santesmases había logrado no sólo hacerlo él, sino abrir la vía a los demás. Cuarenta doctores, de los cuales unos veinte son catedráticos de universidad, multiplican cada día la aportación española a campos derivados de la electricidad y la automática: la informática, la cibernética, la robótica... Aquel grupo de pioneros está constituido hoy por los doctores Rodríguez Vidal, Civit y González Ibeas, colaboradores de Santesmases en el campo de la ferrorresonancia; Mellado, Sánchez Rodríguez, Miró y Solé, en el de las computadoras digilales; Roberto Moreno Díaz, Rubio Royo y Mira, en el de la neurocibernética; Solé y Vaquero, en el de la enseñanza automática; Aleixandre, Mellado, Dormido, Cartujo y Guillén, en el área de control automático; Mellado, Vaquero, Hernández Cachero, en el de los circuitos secuenciales; Vaquero y Eced, en el área del tratamiento numérico de la información, y Alique, Ayala, Sánchez Rodríguez, Miró y De Agapito, en el de las medidas eléctricas.

Todo un largo camino que, sin embargo, para Santesmases había comenzado antes...

En 1942, el profesor García Santesmases había emprendido írivestigaciones en el campo de la ferrorresonancia. En 1951, durante su estancia en el Computation Laboratory de la Universidad de Harvard, donde adquirió las técnicas sobre máquinas digitales, aplicó la ferrorresonancia al sistema de cálculo, aprovechando las características de biestabilidad de los circuitos basados en aquel fenómeno.

Por la misma época en que García Santesmases inventaba su biestable ferrorresonante en Harvard, Isborri en California descubría otro distinto, pero basado en el mismo fenómeno. La coincidencia de féchas queda demostrada por la de los trabajos de ambos investigadores.

En 1957 se invitó a Santesmases a exponer sus trabajos sobre circuitos ferrorreson antes en el congreso sobre «Theory of Switching», que se celebró en la Universidad de Harvard (EEUU). Durante los cinco años que estuvo trabajando en esta universidad, se desarrolló un sistema completo de lógica de circuitos ferrorresonantes.

En 1964 se concedió al profesor García Santesmases y colaboradores una ayuda de investigación de la Fundación Juan March sobre el tema Resonancia en los sistemas no lineales y su aplicación a circuitos de conmutación. Partiendo de una expresión del ciclo dinámico de la histéresis, se simula una calculadora analógica. Incluyendo aquella expresión en la ecuación diferencial del circuito ferrorresonante, se simuló también el comportamiento de ésta, comprobando los resultados obtenidos con la determinación experimental directa.

Tras haber iniciado activamente el trabajo en el campo de las computadoras, en el año 1961, Santesmases inicia, con un reducido grupo de colaboradores, investigaciones en el campo de la neurocibernética. Comenzó el trabajo por la simulación electrónica de la neurona siguiendo la misma línea que Harmon. En este modelo se hallan incorporadas la mayor parte de las propiedades analógicas y digitales que se atribuyen actualmente a la célula nerviosa. Otras propiedades son la refractariedad, la integración y la suma analógica de las excitaciones e inhibiciones. También presenta una cierta facultad de adaptación.

Estos trabajos representan las primeras aportaciones a las técnicas de los modelos ellsetrónicos neuronales y, además, se logra por primera vez en nuestro país el trabajo en común de grupos de biólogos y físicos.

La vida continúa enseñando a la técnica. La investigación neurocibernética quedaba abierta en nuestro país. Otro de los equipos que Santesmases ha ido creando lo había hecho posible. «¿Cómo ha conseguido Santesmases este milagro?», se preguntó el académico Antonio Colino en el acto de ofrecimiento de la Medalla de Oro de Echegaray. «La receta es sencilla: preparando y formando con dedicación y sacrificio este personal transitorio, como si fueran a trabajar toda su vida con él, eligiendo siempre temas de vanguardia en la investigación, como si no fuese a él a quien ha de tocar la parte más penosa y laboriosa de desarrollo.»

Pero el propio Santesmases ve así la labor en equipo, al afirmar que «esta labor que premiáis no es sólo rnía, sino de muchos discípulos que han colaborado sucesivamente conmigo. Todos ellos han contribuido a crear una escuela de la que salieron los pilares que dirígirán las nuevas generaciones y crearán nuevas escuelas. Esto es para mí fuente de satisfacción, como lo es para todo maestro consciente de lo limitado de su capacidad y de sú obra y cuya esperanza estriba, precisamente, en ser superado por sus discípulos. Como ,dice Rey Pastor: "Vencer a sus discípulos significa morir; ser vencido por ellos es a la vez revivir y renacer". Espero, pues, que se me pueda aplicar la vieja frase de "si no vencí reyes moros, engendré quien los venciera".»

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