Los "toreros-empresarios" dieron un sainete
La actuación de los tres espadas en Carabanchel fue un sainete. Y menos mal, porque pudo ser un drama, sobre todo por el nulo oficio de los diestros. Tuvieron suerte de que los astados de García Martín sacaron poca fuerza y bastante nobleza.El Cabañero, Serafín Payá y El Portugués han llegado a matadores de toros sin haber rozado apenas el escalafón de novilleros; no tienen, por tanto, hecho el imprescindible aprendizaje del oficio. Lo extraño es que los tres espadas eran a la vez empresarios del festejo, y que las reses les han costado una millonada. Total, para no ponerse delante siquiera.
El Cabañero es un torero veterano, con caisi ocho años de alternativa y con su vida resuelta al margen de los toros. Es un caso de afición el ser empresario de sus propias corridas, pero, por lo visto en Carabanchel, su afición es vestir el traje de luces, pues se pasó la tarde huyendo de sus toros.
Plaza de Carabanchel
Toros de Lorenzo y Alejandro García bien presentados (en terciado), sin fuerzas y mansurrones, pero nobles. El Cabañero: tres pinchazos a paso de banderillas y sablazo en el cuello (pitos). Tres pinchazos bajos, huyendo (aviso, bronca). Serafín Payá: dos pinchazos, media tendida y dos descabellos (silencio). Tres pinchazos y media estocada (silencio). Francisco Picado «El Portugués», que tomó la alternativa: estocada (silencio). Tres pinchazos, estocada delantera y ocho descabellos (silencio).
Serafin Payá, al menos, puso voluntad. A su primero le cogió muy bien la distancia y cuando se estuvo quieto corrió la mano y logró pases aseados. En el quinto dio unas verónicas aceptables y en el sexto hizo un quite por gaoneras. Banderilleó sin lucimiento y no pudo con el bovino.
El Portugués, en realidad es de Valencia de Alcantara, ha llegado a la alternativa sin apenas torear con caballos. Se mostró desentrenado y falto de oficio, pero tuvo valor para estar en la cara de sus dos toros; el hombre hizo lo posible por justificarse, algo es algo. Víctor Sánchez reapareció dos años después de su grave comada en Las Ventas, e hizo lo más torero de la tarde; sobrio y eficaz en la brega, puso un gran par de banderillas al primero, anduvo al toro marchoso en el cite, provocó la arrancada en corto y clavó arriba.
Babelia
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