El Consejo General Vasco envía una delegación técnica a a Harrisburg
Una delegación de cuatro técnicos, designada por cada uno de los cuatro partidos políticos que forman parte del Consejo General Vasco, se trasladará a Estados Unidos para estudiar sobre el terreno las causas y la gravedad real del accidente de Harrisburg, según el acuerdo adoptado ayer en una reunión del organismo preautonómico.
A pesar de que la sesión se consideraba puramente de trámite, dentro del compás de espera que abrirán las elecciones municipales y las juntas generales, de cuyos resultados dependerán la composición del próximo Consejo, el diputado de Euskadiko Ezquerra, Juan María Bandrés, propuso una toma de posición pública sobre el accidente de la central nuclear norteamericana y el envío de una delegación técnica que pueda comprobar lo sucedido.El acuerdo del CGV expresa la «gran preocupación» de este organismo por el accidente nuclear, cuando en Euskadi está sometida a debate la utilización en un futuro próximo de esta clase de energía. La nota oficial señala también que el objetivo de la delegación técnica consistirá en recoger sobre el mismo escenario del accidente la información necesaria para la utilización en Euskadi de la energía nuclear. Aunque no ha podido conocerse la fecha en que partirán los técnicos vascos, las gestiones se realizarán con la máxima urgencia, al parecer para que la delegación pueda trasladarse a EEUU en breve plazo.
Euskadiko Ezquerra hizo público ayer, por otra parte, un llamamiento con objeto de que partidos políticos, sindicatos, organizaciones ciudadanas, ayuntamientos democráticos de Euskadi y juntas generales expresen públicamente su postura sobre el accidente de la central nuclear norteamericana y la relación que pueda tener con la central de Lemóniz, en construcción. La coalición del diputado Bandrés sostiene la necesidad de que se paralicen de inmediato las obras de instalación nuclear próxima a Bilbao.
Responsabilidad municipal
La noticia del accidente de Harrisburg llegaba al País Vasco en plena efervescencia del debate nuclear. El mismo jueves 29 de marzo, en que las primeras páginas de la prensa vasca daban cuenta del escape producido en la central de Three miles islang las páginas interiores reproducían un resumen de la intervención de José Antonio Gallego Gredilla, director gerente de Forum Atómico Español, en una conferencia celebrada en Bilbao sobre la controversia nuclear. El señor Gallego Gredilla opuso el «frío lenguaje de la ciencia, de los hechos, de la lógica», característico, en su opinión, de los pro nucleares, a los «argumentos emocionales y pasionales» que, opinó, utilizan los antinucleares.
Estos últimos no tuvieron que esforzarse grandemente para volver contra el señor Gallego sus propios argumentos: se limitaron a remitirle a las páginas de los periódicos, que hablaban de los preparativos para la evacuación de una extensa zona del estado de PennsyIvania. Paralelamente, las asociaciones de vecinos de Vizcaya convocaban a los distintos partidos y coaliciones participantes en las elecciones municipales a un debate en torno a la central de Lemóniz. Por su parte, la comisión de defensa de una costa vasca no nuclear, principal impulsor, desde hace años, del movimiento antinuclear vasco, se dirigía públicamente a los futuros concejales democráticos de los municipios de Lemóniz y Munguía recordándoles sus responsabilidades.
Sensibilidad en la zona de Tortosa
La fuga radiactiva de la central nuclear de Harrisburg, en PennsyIvania (Estados Unidos), es tema básico de comentario en las poblaciones de la zona catalana del Ebro, en la que existe la mayor concentración de centrales nucleares de España, informa Europa Press.
La sensibilización de la zona acerca del tema de las centrales nucleares se deriva de que en la actualidad se encuentran en funcionamiento o en construcción cuatro grupos nucleares (dos en Vandellós y dos en Ascó), y están proyectando otros tres (dos en L'Ametlla de Mar y otro en Vandellós) que deberían funcionar en 1985, con lo que se produce una de las mayores concentraciones de centrales nucleares del mundo.
En el caso de que se llegaran a construir las que faltan, en un radio de cincuenta kilómetros de Tortosa habría siete centrales nucleares.
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