El pasado de la Tierra

Uno de los aspectos más siniestros del régimen franquista fue, sin duda, la represión y persecución indiscriminada a sus adversarios políticos.Se podrá argüir que toda dictadura, para mantenerse en el poder, le es indispensable ejercer éste despóticamente, cruelmente.

Pero hacer del terror policíaco el santo y seña del Estado es llegar a extremos de barbarie que repugnan a toda conciencia civilizada. Independientemente de las causas que se invoquen. Del elemento de justificación que se argumente. Y lo más extraordinario de este fenómeno es su absoluta inanidad. No se consigue esencialmente nada. La experiencia histórica nos demuestra, de una manera definitiva, que los Estados policíacos sólo aseguran su supervivencia física durante un período de tiempo, corto o largo, pero irremisiblemente transitorio.

Este libro de Iñaki Barriola nos relata la desdichada peripecia de un grupo de vascos que atravesó los más duros abismos de la adversidad, de cárcel en cárcel.

Lo que más asombra de este proceso, uno más entre infinidad de ellos, es la pueril futilidad de las acusaciones. El doctor Barriola explica con detalle, y minuciosamente, los cargos que se les imputaban.

Todo su delito consistía en el propósito de ayudar a los vascos presos o exiliados. Habían constituido una red de información para el Partido Nacionalista Vasco. Cuando los alemanes ocupan París cayó en sus manos toda la documentación de la red, que pasada a las autoridades franquistas ocasionó la detención de todos los que formaban el grupo.

Y sobre esta base se montó un sumario espectacular con adjetivizaciones de espionaje y alta traición.