"El niño judío", en homenaje al maestro Luna

Se cumple este año el centenario del nacimiento de Pablo Luna, uno de los campeones de la zarzuela en nuestro siglo. Angel Sagardía publicó, con tal motivo, una biografía sobre cuyo interés ya escribimos en estas páginas. Ahora, el teatro de la Zarzuela repone El niño judío, excelente pieza sobre libro de García Alvarez y Antonio Paso, oscurecida, en su conjunto, por el fabuloso triunfo de uno de sus números: la «canción española», cantada por todas las divas que en España han sido y son.En El niño judio, escrita en 1918, plantea una vez más Luna el tipo de Zarzuela en el que lo castizo se une al exotismo propio de la opereta. El libro, sus tipos, sus situaciones, son excelentes dentro del género, y la partitura se ajusta a sus textos y a su espíritu con fidelidad de maestro. Una vez más se ha demostrado cuánto importa on cualquier tipo de teatro musical la función del director escénico. Esta vez, Luis Balaguer ha logrado lo más difícil: actualidad en el planteamiento sin atentar contra la naturaleza de un género que, por sí mismo, rechaza abultamientos pretenciosos, cuando no descaradamente pedantescos. El movimiento del coro en el cuadro final, la vida dada a cuanto sucede en la Feria del Libro, por la que desfilan personajes conocidos de la intelectualidad, la utilización diversa del ballet, el trabajo sobre todos y cada uno de los intérpretes, nos descubre en Balaguer un seguro talento escénico.

Bien es verdad que el reparto es francamente bueno. Si Josefina Meneses canta y se mueve en escena con gracia y propiedad, la pareja de cómicos, Rafael y Jesús Castejón renuevan una. tradición acaso perdida desde los días de Antonio Palacios y Manolito Hernández. No hay que decir con qué acierto, vocal y teatral, se comportó Farrés y el resto de un muy largo reparto. Moreno Buendía garantizó el excelente nivel de la parte musical, y Pablo Gago ha realizado unos sencillos, pero bien pensados y resueltos, escenarios. Perera, al frente de los coros, y Lorca, como coreógrafo, redondean la versión, presidida por un ritmo vivo.