Creciente oposición civil y militar al nuevo Gobierno
El nuevo Gobierno iraní ha comenzado su gestión con mal pie y, mientras el sha reconoce públicamente que tiene «serias dudas» sobre la conveniencia de su eventual abandono del país, los iraníes volvieron ayer a exigir, por segundo día consecutivo, la dimisión del primer ministro, Shapur Baftiar, en una serie de nuevas y violentas manifestaciones por las calles de las principales ciudades del país. Simultáneamente, ayer dimitió de su cargo el general Fereidum Dyam, nombrado ministro de Defensa tan sólo hace cuatro días.
La dimisión de uno de sus ministros clave puede plantear serios problemas de supervivencia al Gobierno de Bajtiar, que también se ve atacado por los sectores más inflexibles de la oposición civiI (su antigua organización, el Frente Nacional), y, por supuesto, por la oposición religiosa, que sigue arrastrando a las masas en las calles de todo el país.Ayer, y quizá debido a la caída de una densa nevada en Teherán, la ciudad registró una inusitada calma, pese a que varios centenares de manifestantes volvieron a recorrer las arterias más importantes de la capital exigiendo a gritos que dimita «el primer ministro sin poder». Los comercios de la capital continúan cerrados, de la misma forma que en la jornada anterior, que fue declarada de luto por la oposición religiosa siguiendo los llamamientos del exiliado ayatollah Jomeini.
La inesperada dimisión del ministro de Defensa, general Fereidum Dyam, hasta el pasado año embajador en Madrid, parece que se debió a serias disensiones con el primer ministro en torno a la necesidad de reforzar los planes de desarrollo de las fuerzas armadas iraníes. Estas, con 430.000 hombres, están consideradas como el Ejército más moderno y mejor entrenado de la región.
El nombramiento del general Fereidum Dyam fue uno de los más delicados y controvertidos de los anunciados por Bajtiar. El primer ministro seleccionó a este general, que se veía respaldado por Washington y otras capitales occidentales, con la esperanza de calmar a las fuerzas armadas iraníes, que según círculos políticos de la capital respiran una atmósfera enrarecida y, en cierto grado, de rechazo a cualquier intento de diálogo con la oposición más radical al sha.
Ayer, el portavoz del Departamento de Estado, H. Carter III, admitió públicamente que el Gobierno norteamericano había ejercido su poder de disuasión sobre los mandos militares iraníes para que «aceptasen» la gestión del nuevo Gobierno y apoyasen a Bajtiar. Esta petición fue realizada en persona por el general norteamericano Robert Huyser, que se encuentra de visita en Irán.
Al margen de estos problemas, el Gabinete Bajtiar cuenta con la firme oposición del Frente Nacional, organización de oposición moderada a la que perteneció hasta que aceptó el mandato del sha para formar Gobierno. Su principal líder, Karim Sanjabi, declaró ayer que la solución Bajtiar es «inaceptable» en las actuales circunstancias de Irán. Por otro lado, la prensa local informó que, en los últimos días, el número de muertos se ha visto incrementado en cincuenta.
Recomendaciones de Washington
El Gobierno norteamericano, en un evidente cambio de su postura hacia Irán, recomendó el pasado fin de semana al sha que abandone su país, aunque sea temporalmente.
La recomendación fue efectuada a través del embajador de Estados Unidos en Teherán.
Pero, oficialmente, un portavoz del departamento se negó ayer a reconocer en público que exista tal consejo dirigido al sha.
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