Una victoria para la URSS, según se piensa en Moscú
Los observadores extranjeros en la capital de la Unión Soviética no dudan en afirmar que la «liberación de Camboya», llevada a cabo por el Frente Unido de Salvación Nacional de Kampuchea (FUSNK), es una victoria vietnamita que hay que anotar a la URSS en su interés por mantener el dominio del sureste asiático frente a China. Los medios de información soviéticos ofrecieron en la tarde del domingo, a través de radio y televisión, y en los periódicos del lunes, amplia información sobre el definitivo ataque a Phnom Penh.Con rapidez inusitada, el vespertino Izvestia publicaba ayer, junto a un amplio comentario en portada, la primera fotografía en la que un grupo de jóvenes camboyanos del FUNSK mostraban su alegría al haber entrado en Phnom Penh, al tiempo que alzaban la nueva bandera de «los patriotas».
Por su parte, el diario Pravda ocupó también parte de su primera página en la mañana del lunes para insertar íntegro el llamamiento del comité del FUNSK, en el que exhorta al pueblo de Camboya «a intervenir contra las fuerzas de la reacción, por un Kampuchea independiente y democrático que camine por la vía pacífica hacia el socialismo».
Comentarios sobre la ayuda china a Pol Pot
En las últimas semanas los comentarios periodísticos soviéticos parecían anunciar el final de la lucha que mantenían Camboya y Vietnam. «El futuro será de los patriotas», titulaba un comentario el último número de Tiempos Nuevos, en el que se analizaba el movimiento de liberación contra «la dictadura de Pol Pot-leng Sary».
Nadie duda en Moscú que la estrategia exterior soviética incluía este ataque final, que parece haber llegado, contra el régimen de Pol Pot. No hace todavía un mes se ratificó el Tratado de Amistad y Cooperación entre la URSS y la República Socialista de Vietnam. En esta capital se ha señalado insistentemente que «desde hace tres años no cesa en Kampuchea el genocidio con la bendición de China», y se ofrecieron puntualmente los datos sobre tanques, artillería pesada, transportes blindados y camiones que Pekín entregó a Pol Pot, así como la ayuda para construir aeródromos y otras instalaciones militares. Nadie comenta ahora cual puede ser la reacción de Pekín ante los últimos acontecimientos.
Los dirigentes soviéticos elogian los propósitos de FUSNK de crear comités populares, y también su programa político, social y económico «contra el régimen de marionetas que aplicó una política de genocidio y convirtieron al país en un campo de concentración». En la sombra de la solución final de este conflicto entre Vietnam y Camboya ha quedado un nombre, el de Nguyen Giap, ministro vietnamita de Defensa, que ha vuelto a demostrar su capacidad de gran estratega, con el apoyo decisivo de la Unión Soviética.
Con la caída del régimen pro chino de Camboya, los observadores occidentales de la capital soviética creen que Moscú, a través de Vietnam, intentará completar el cerco indochino sobre el país vecino de Laos.
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