El Estatuto vasco, el primero presentado en el Congreso

A las siete y doce minutos de la tarde el diputado de UCD, Juan Echevarría, hizo entrega al presidente del Congreso del proyecto de Estatuto de Autonomía del País Vasco, con lo que por primera vez en la historia los vascos se adelantan a los catalanes. El proyecto ha quedado inscrito en el Registro del ongreso con el número 6.759. Ante el temor de no poder obtener un billete de avión, el CGV alquiló un reactor para facilitar el viaje a Madrid del diputado señor Echevarría. El presidente del Congreso, señor Alvarez de Miranda, destacó que era «un gran honor para él» recibir el proyecto autonómico vasco.Minutos antes de la una del mediodía de ayer, los parlamentarios vascos Kepa Sodupe, del PNV, Carlos Corcuera, del PSOE, y Juan Echevarría, de UCD, habían entregado en la oficina de correos de Guernica dos ejemplares firmados del proyecto ratificado poco antes por la Asamblea de Parlamentarios en la Casa de Juntas de la villa foral. Un notario certificó el acto de la entrega del documento, anotando cuidadosamente la fecha y la hora: doce horas y 45 minutos del a 29 de diciembre de 1978.

Apenas diez minutos antes, los parlamentarios habían recibido la confirmación de la decisión del presidente Suárez de disolver las Cortes.

De hecho, desde que, a las diez y media de la mañana, el CGV se había reunido con el fin de convocar oficialmente a la Asamblea de Parlamentarios vascos, el tema de la posible disolución del Parlamento del 15 de junio estuvo permanentemente presente en el histórico recinto que cobija el árbol de las libertades vascas.

Por lo demás, la aprobación oficial del Estatuto, mera ratificación de lo ya decidido en la madrugad del pasado domingo, se produjo por unanimidad, salvo la esperada, abstención del diputado alavés Pedro Morales y la negativa a fir mar el texto por parte de Patxi Iturrioz.

Explicaciones de voto

En las explicaciones de voto, el señor Morales insistió en que su postura no debía interpretarse como un rechazo de la autonomía, sino como un gesto de desconfianza ante la posibilidad de que el Estatuto suponga, con la uniformización del régimen de hacienda para Vizcaya, Guipúzcoa y Alava propuesta en el articulado, la pérdida de los conciertos económicos de esta última provincia. Poco después le respondería el diputado independiente Ramón Bajo, argumentando que el proyecto recogía perfectamente el régimen privativo alavés, que se proponía extender a Vizcaya y Guipúzcoa.

«Por ello -continuó-, si hay merma en el régimen foral alavés no será por causa de este Estatuto, sino porque nos lo recortan en Madrid.» «Y si así ocurre -concluyó, entre aplausos de los asistentes-, ello será responsabilidad plena del partido del Gobierno.» En parecidos términos se expresó el senador Goyo Monreal.

Iturrioz explicó su negativa a firmar el texto en base a las «limi taciones impuestis a la participa ción en su elaboración de determi nadas fuerzas de izquierda», que dijo, «hacen que este Estatutó naz ca cojo y no pueda considerarse como de unidad nacional vasca».

Por su parte, el senador Bandrés, en nombre de Euskadiko Ezkerra, opinó que el proyecto expresaba «un nivel digno de autogobierno», aunque, añadió, «la honradez me obliga a decir claramente que nosotros seguiremos reclamando el derecho a la autodeterminación ».

Arzallus, en euskera, expresó su convicción de que «sin ser el que hubiéramos querido», el proyecto actual «abre una vía lo suficientemente ancha como para que podamos caminar por ella. Si la experíencia demuestra que es demasiado estrecha -finalizó el líder nacionalista- será el propio pueblo vasco quien la ensanchará».

En nombre de UCD, el senador alavés Alfredo Marco-Tavar reiteró las reticencias de su partido ante determinados puntos del texto, aunque, dijo, «lo firmamos plenamente conscientes de la importancia de este Estatuto para lograr la concordia entre los vascos». Finalmente, el socialista Txiki Benegas expresó su deseo de que la historia pueda «recordar este Estatuto no sólo como el que recobró la autonomía y el autogobierno para Euskadi, sino como el Estatuto de la paz».

Respondiendo a una instancia del Consejo General, el texto del proyecto fue también firmado por los representante de los partidos sin representación en la Asamblea de Parlamentarios: PCE, ORT, EKA (Partido Carlista) PT, ANV (sector histórico).