Recelo en los países socialistas

El eje Pekín-Tokio-Washington, iniciado ayer al hacerse pública la noticia del restablecimiento de relaciones diplomáticas entre Estados Unidos y China, ha sido recibido en la URSS con dos breves informaciones de pocas líneas, distribuidas por la agencia oficial Tass.Los observadores occidentales consideran que el Kremlim fue avisado previamente desde la Casa Blanca, lo cual no evitará la reacción soviética, que podrá detectarse en las próximas conversaciones que mantenurán la semana próxima en Ginebra Gromyko y Vance, quienes reanudarán las conversaciones para un nuevo acuerdo SALT (de reducción de armas estratégicas).

Los comentarios aparecidos en la prensa soviética en las últimas semanas , con críticas duras ante la posibilidad de una «alianza chino- norteamericana contra Moscú», obliga a pensar que el restablecimiento de relaciones no ha causado ninguna sorpresa a los dirigentes soviéticos. Hace pocos días la agencia Tass citaba un reportaje de dos periodistas americanos en China y comentaba las posiciones antisoviéticas de Pekín, dirigidas a buscar una fuerte alianza política «contra la URSS y el resto de los países de la comunidad socialista».

La noticia del establecimiento de relaciones Pekín-Washington ocupó seis líneas en la agencia Tass, mientras que el discurso de la noche de Carter fue resumido en catorce líneas. Sin duda, a la URSS ha debido irritarle la declaración de que tanto China como Estados Unidos se oponen a cualquier intento de hegemonía en Asia y el Pacífico, lo que supone establecer una cláusula a la señalada en el tratado de paz recientemente firmado entre China y Japón.

Por otra parte, parece descartarse la posibilidad de un encuentro en las próximas semanas entre Carter y Brejnev aun en el caso de que se logren resultados positivos en las conversaciones SALT. Después de la anunciada visita a Estados Unidos del viceprímer ministro chino, Ten Hsiao-ping, el jefe del Estado soviético rehusará cualquier encuentro con el presídente norteamericano.

Los demás paises socialistas han acogido con recelo la noticia. Las escuetas noticias de la agencia Tass han sido reproducidas en la mayoría de los países socialistas. En Sofia, donde la pasada semana concluyó la conferencia ideológica de los partidos comunistas, que pretendía formar un frente antichino, se ha notado una inquietud superior a la del resto del mundo socialista.

La radio búlgara aseguró ayer que al establecer relaciones diplomáticas con Estados Unidos, los líderes chinos pretenden ante todo conseguir sus objetivos expansionistas. Bulgaria, el primer país del bloque socialista en comentar estas relaciones, señaló que «China pretende actuar contra los intereses de los Estados socialistas en muchas partes del mundo y ante todo en Asia».

Vietnam, próximo aliado en Asia de la URSS, declaró a través de su viceministro del Exterior, Phan Hien, que se encuentra de visita en Tokio, que su país celebrará la normalización de las relaciones entre Estados Unidos y China, siempre que este paso responda a un deseo de favorecer la paz.