China renunciara al tratado de amistad y cooperación con la URSS
El vicepresidente chino, Teng Hsiao-ping, declaró el pasado 6 de septiembre -que antes del mes de abril de 1979 China denunciará unilateralmente el «Tratado de amistad, alianza y ayuda mutua» que su país firmó, por un plazo de treinta años, con la Unión Soviética, el 14 de febrero de 1950. En aquellas fechas la recién nacida República Popular China veía en su vecino soviético la garantía de su supervivencia. Esta «luna de miel» entre los dos países durará, con sus más y sus menos, hasta septiembre de 1959, fecha en la que se consuma la ruptura entre Pekín y Moscú. Los acuerdos de 1950 fueron revisados en 1954 de una forma favorable a China. En 1957 -y tras la «sorpresa», en 1956, del Congreso del PCUS y la «desestalinización»- los dos países firmarían un nuevo acuerdo (esta vez secreto y sólo revelado en 1963) por el que la URSS cedía armamento nuclear y técnicos militares a China. Al aumentar los roces y las disputas ideológicas, ya que China nunca aceptó «la política de coexistencia pacífica y fin de la guerra fría entre bloques» que Kruschev propugnaba, por considerarla «hipócrita», este tratad6 secreto fue denunciado unilateralmente por la URSS en 1959 y todos los técnicos soviéticos retirados de China, en un momento en que ésta sufría el conflicto chino-hindú. La URSS no permaneció neutral en dicho conflicto y ayudó abiertamente a la India.A partir de entonces, el Tratado de 1950, aún vigente, ha pasado a ser un simple papel mojado. Durante años la fisura entre los dos países se ha convertido en brecha, y esta brecha en abismo. Los dos países han aprovechado los aniversarios, las reuniones y los foros internacionales para lanzarse acusaciones mutuas, que han revestido casi siempre virulencia y gravedad. En octubre pasado el vicepresidente Teng Hsiao-ping dirigió durísimos ataques contra la URSS y el panorama terminó de ensombrecerse ante las diferentes posturas sobre el reciente conflicto bélico que vuelve a asolar Indochina. Vietnam es apoyado por la Unión Soviética, mientras que China defiende la postura de Camboya.
La reanudación de relaciones normales, acogida con recelo por el mundo socialista es señalada por numerosos países como un paso de envergadura histórica.
