Europa occidental acoge con satisfacción la normalización entre Washington y Pekín occidental
El ministro de Asuntos Exteriores italiano, Arnaldo Forlani, declaró ayer que Italia debe recibir con alegría la apertura entre Estados Unidos y China, porque esto significa un paso hacia adelante en la entrada de China en el mundo internacional.El presidente Carter había anunciado esa decisión al presidente del Gobierno italiano, Andreotti, con una carta en la cual le informaba al mismo tiempo que había indicado a Brejnev que esta apertura de relaciones con Pekín no significaría un cambio en las relaciones de Estados Unidos con la URSS, y añadía que desde este momento Estados Unidos deberá mantener relaciones aún más estrechas con la Unión Soviética.
En Francia esta noticia no ha sorprendido, aunque la ausencia de sorpresa no menoscaba la talla hístórica que se le concede al acontecimiento. Desde primeras horas de la madrugada de ayer, los medios audiovisuales dimensionaron los comunicados de Washington y Pekín como el desenlace de un proceso irreversible que los presidentes Ford y Nixon ya habían puesto en marcha, y que Jimmy Carter no podía por menos que rematar.
La presidencia de la República anoche no había comentado aún el acontecimiento, pero medios oficiosos dejaban entender que la normalización de las relaciones chino-norteamericanas era deseable. Al parecer, el presidente Giscard d'Estaing ya fue informado en octubre último de esta intención de la Casa Blanca. Los observadores políticos franceses estiman no obstante que el reconocimiento mutuo entre China y Estados Unidos es un «golpe duro para Moscú».
Sólo en la República Federal de Alemania la noticia ha sido acogida con cierta cautela por los medios informativos. Aunque una nota oficial del Gobierno de Bonn calificaba estas relaciones «como paso importante en la marcha hacia una normalización plena en las relaciones internacionales», los dos canales de la televisión germana ni siquiera han aludido a esta declaración oficial del Gobierno.
Victoria de la coexistencia pacífica
Como «plena victoria del espíritu de la coexistencia pacífica» celebró ayer Yugoslavia el establecimiento de relaciones diplomáticas normales entre Estados Unidos y China Popular.En artículos fechados en Pekín y Washington, la agencia oficial Tanjug subrayó las declaraciones de ambas partes de que este paso servirá a la paz y la estabilidad en Asia y el mundo entero y no está dirigido contra países terceros.
«Con este gran éxito de su política exterior», la República Popular China «ha superado el último obstáculo para ocupar aquel sitio y papel que son suyos en la política mundial», afirmó Tanjug.
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