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Euskera hacia el final de una dificultosa negociación

«El tema del bilingüismo está prácticamente resuelto, y este secuestro sólo ayuda a paralizar las negociaciones», declaró Carlos Santamaría, consejero de Educación del CGV, poco después de conocer la noticia del secuestro del señor Crespo.El decreto-ley sobre bilingüismo ha venido enfrentando desde hace meses al Consejo General Vasco con el Ministerio de Educación y Ciencia. Ya en su primera declaración de principios, en febrero, el organismo preautonómico vasco planteó entre sus prioridades la normalización escolar del euskera, así como su acceso a los medios de difusión, incluida la televisión. Inmediatamente se preparó un anteproyecto de decreto sobre el bilingüismo, que fue presentado al ministro de Educación, Iñigo Cavero. Paralelamente, la Federación de Ikastolas de Euskadi negoció con el Ministerio la concesión de un crédito extraordinario de ochocientos millones de pesetas y la renovación de la subvención de trescientos millones para los centros que ya habían recibido esa ayuda en 1977.

Sin embargo, el crédito fue congelado y el decreto, tras numerosas negociaciones, sigue sin haber sido aprobado por el Consejo de Ministros. Mientras tanto, a finales de junio era aprobado para Cataluña un decreto similar al propuesto por los vascos. En agosto, el consejero Carlos Santamaría calificaba de inaceptable la contrapropuesta del Ministerio al anteproyecto presentado por el CGV.

Mientras el CGV planteaba que la enseñanza del euskera se impartiera como asignatura obligatoria en EGB y BUP, el Ministerio proponía su incorporación únicamente a EGB, sin carácter obligatorio y, en todo caso, reducida a las zonas mayoritariamente vascoparlantes.

La polémica se endurecería a raíz de la publicación, el 27 de septiembre, de unas declaraciones del jefe del gabinete del Ministerio, señor Nasarre, que argumentaba contra la obligatoriedad de la enseñanza del euskera en base a que «la demanda no es mayoritaria y, por otra parte, no existe suficiente número de profesores preparados». El CGV contestó a aquellos argumentos en base a diversas encuestas que demostraban que más del 80% de la población del País Vasco era partidaria de la enseñanza del euskera y culpaba al Gobierno de la falta de un número suficiente de enseñantes. De las doscientas nuevas plazas de profesores sol¡citadas a comienzos del presente curso, el Ministerio concedió noventa.

El euskera fue una lengua perseguida en los primeros años del franquismo; hasta 1976 no se podían inscribir en el registro civil nombres en euskera cuando tuviesen traducción al castellano. Las ikastolas pasaron de la clandestinidad de los años cuarenta y cincuenta a la tolerancia de los sesenta, antes del desarrollo experimentado en los últimos años. Pese a la falta de ayuda oficial, hoy estudian euskera unos 40.000 adultos y 60.000 niños.

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