Monarquía y Ejército
«El tránsito suave de una dictadura, que fue en parte, blanda, y muchas veces, dura, hacia la democracia es un caso único en la historia de ese país. Todo, la autocrítica de su propia historia en la primera mitad del siglo XX y que fue desarrollada literalmente con una lúcída inteligencia, se expresaba en contra de esa posibilidad. Un acontecimiento como el sucedido estos días confirma, no obstante, que el experimento hasta ahora ha tenido éxito.Dentro del aparato de poder, que los discretos constructores de ese tránsito pensaron, se incluía a las Fuerzas Armadas como el sostén de una Monarquía constitucional ( ... ).
Este esquema se ha conservado hasta ahora: las Fuerzas Armadas junto con el Rey velaban por el conjunto de la sociedad, más allá de los partidos políticos. Estas funciones parecen nuevas, pues el Ejército no ha sido empleado en la defensa contra un ataque desde el exterior, sino contra los peligros de disgregación interna. Era un principio incontrovertible y generalmente aceptado. Ahora bien, algunos militares ante ciertos abusos de la democracia y de las libertades -la buena voluntad que mostraron, al principio, desapareció- descubrieron los valores del antiguo régimen autoritario ( ... ).
Esto quiere decir que el Rey ya no puede contar con todos los milítares; algunos ya no se sienten ligados por su fidelidad al Rey ( ... ) y se apoyan en los ciudadanos falangistas del país, gentes que deben mucho al antiguo régimen y que no desean aprovecharse de las ventajas de la democracia ( ... ).
La discrepancia entre el Monarca y el Ejército sobre el problema de cómo salvar la concordia y el orden en España no está todavía resuelta ( ... )»
21 noviembre
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