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Reportaje:La cuestión armamentista española/4

La producción española de armamento asciende a cincuenta mil millones de pesetas

España produjo en 1977 armamento por valor de 50.000 millones de pesetas. Nuestras Fuerzas Armadas compraron 38.000 millones y se exportó por importe de 12.000 millones. Sigue desconociéndose el volumen de lo importado, competencía exclusiva del Ministerio de Defensa. Este es el cuadro, en cifras, de nuestra economía armamentista, en la que directamente trabajan 35.000 personas. Un sector que parece tener un buen futuro si se le dirige dentro de un programa adecuado y se erradican las actuaciones dudosas presuntamente acaecidas edel campo de las exportación. Informa

«En general, puede asegurarse que la fabricación española de armamento es tan correcta como cualquier otra fabricación. Los conflictos que se plantean no están en la fabricación o el comercio de armamento, pues todos los países, aunque sólo sea de forma defensiva, necesitan armas. El problema está en cómo se utilizan», opinan en el Ministerio de Asuntos Exteriores.Igual en otras fuentes gubernamentales como empresariales consultadas, el tema lo ven muy claro: establecidos los criterios, y con arreglo a la ley, es necesario continuar y potenciar la industria y el comercio armamentista, no sólo por la riqueza económica y laboral que en sí suponen, sino por ser esta una industria cuya tecnología es punta de avanzada en todos los terrenos de la industria en general.

«Ahora bien -precisan estas fuentes- si por criterios políticos se ha de limitar nuestra producción, como consecuencia de haber limitado nuestros clientes, no debe tolerarse que alguien aproveche esa coyuntura para obtener beneficios particulares, en detrimento de la economía nacional, a través del tráfico ilegal.»

La producción española de armamento ascendió a 50.000 millones de pesetas en 1977, según datos recientes, computados en este sector. Teniendo en cuenta que la exportación superó levemente los 12.000 millones de pesetas (166 millones de dólares), se entiende que se destinó, para uso de nuestras Fuerzas Armadas, una producción equivalente a 38.000 millones de pesetas.

La principal compañía española exportadora de armas es la empresa Defex, SA, presidida por el general de división Gaspar Salcedo Ortiz. La compañía fue creada en 1972 con un capital inicial de diez millones de pesetas, que posteriormente fue ampliado a 55 millones.

El 51 % de las acciones son propiedad de sociedades controladas por el Instituto Nacional de Industria (INI), y el 49 % restante pertenece a otras sociedades del sector privado.

Las empresas del INI son: Santa Bárbara, Bazán, Nacional de Óptica, Experiencias Industriales y Construccíorres Aeronáuticas (CASA). Las privadas: Explosivos Río Tinto, Esperanza y Compañía, Plásticas Oramil, Placencia de las Armas, Explosivos Alaveses, Instalaza, SA,y Star Bonifacio Echevarría.

Cada sociedad designa un consejero en Defex. En el consejo de administración figuran también representantes de los ministerios que entienden directamente en este tema (Defensa, Asuntos Exteriores, Industria y Comercio), y el presidente es designado por el Ministerio de Defensa, Además, por parte de las Fuerzas Armadas figuran representantes del Alto Estado Mayor y de Marina, aunque en la plantilla de Defex, SA, no hay ningún militar.

La sede central de esta compania está situada en la calle de Orense, número 68, en Madrid, y tiene delegaciones en diversos países, especialmente árabes, suramericanos, algunos africanos y otros de Extremo Oriente.

Según fuentes del Ministerio de Asuntos Exteriores, Defex se creó con el fin de «establecer un doble control en la exportación y, sobre todo, para coordinar y facilitar la actuación de las empresas exportadoras, estableciendo un dispositivo comercial que centralizase las gestiones y eliminase el esfuerzo de tener que mantener servicios propios cada una de ellas».

Otras fuentes de carácter empresarial estiman que la creación se debió fundamentalmente al interés del Gobierno por conocer las operaciones comerciales en su proceso de gestación, es decir, antes de que se produjeran, para disponer de una información completa del negocio a efectuar con la antelación suficiente. Antes era frecuente que una licencia de exportación de armamento fuese denegada casi en el momento de ser solicitada. Esto ocasionaba claros perjuicios a las partes interesadas (comprador-vendedor), que se veían obligadas a suspender sus acuerdos, después de un largo proceso negociador. Con el nuevo sistema, si se prevé que una transacción no va a interesar pueden romperse las negociaciones antes de llegar al punto casi definitivo de solicitar la licencia de exportación. Una operación de este tipo, si el comercio es legal y en circunstancias normales, suele requerir un año para su realización.

Hay otra causa que obedecería a razones de política interna y que tendería a evitar conflictos de intereses; «A veces sucedía que el Gobierno, al serle requerido un pedido, no sabía qué empresa era la más adecuada para satisfacerlo. Si se lo encargaban a una, podían molestarse otras.» Ahora, sí el Gobierno recibe un pedido, lo cursa a Defex, y ésta lo tramita a través de las empresas asociadas. Y una razón más importante de tipo comercial: la necesidad de disponer de un organismo coordinador. Francia tiene tres: uno. para aire; otro, para tierra, y otro, para la marina. En Gran Bretaña disponen de un departamento de ventas, dependiente del propio Ministerio de Defensa. Recientemente un buque de la armada británica fondeó en aguas de Almería con un importante muestrario armamentista.

Defex exporta la mayor parte

En el momento de la constitucíón de Defex, SA, se firmó entre todos los accionistas un pacto: Defex promocionaría sus productos sin carácter de exclusiva. Esto significaba que se respetaría el mercado ya establecido en los diversos países por cada una de las empresal, asociadas, pero Defex detentaría la exclusiva en aquellos países donde consiguiera introducirse por primera vez.

En la actualidad, una parte considerable de la producción española de armamento se destina a la exportación. Según fuentes de Asuntos Exteriores, «además del control efectuado sobre las exportaciones existe una inspección constante que detecta en todo momento el stock de producción de cada fábrica. Sólo puede exportarse cuando las necesidades españolas respecto a nuestra producción se han cubierto».

Hay que recordar que la producción armamentista española no satisface nuestras necesidades. Espana importa armamento, aunque las cifras son un secreto para la opinión pública. Sin embargo, la mayor parte de las importaciones de material bélico lo constituyen armas tan sofistícadas que están por encima de nuestra capacidad de producción.

Las empresas asociadas en la citada compañía exportan aproximadamente el 90% del total español. Defex, como tal, el 40%, si bien no es nunca titular de la licencia, sino que ésta está suscrita por la empresa correspondiente del grupo. El resto de las exportaciones importantes está constituido fundamentalmente por vehículos de carácter militar.

Las exportaciones de más prestigio de las realizadas por Espana corresponden a barcos y aviones. El resto, el material ligero propiamente dicho, se reparte entre las diversas empresas.

Nuestro principal material producido y dedicado a la exportación, a tenor de las fuentes que hasta ahora han facilitado información, es el siguiente:

Subfusil Star, fusil de asalto Cetme del 7,62, ametralladora MG-42 del 7,62, de patente alemana; lanzagranadas y munición, cañón sin retroceso antitanque de 106 milímetros; cañón antiaéreo de patente sueca; carro de combate ANIX-30, de patente francesa; minas contra carros y personas; granadas de mano y munición de disparo.

En material aéreo: bombas de aviación; el avión fabricado por CASA, modelo C-101, para entrenamiento y ataque, y el avión de transporte C-212, también fabricado por CASA.

En material de marina de guerra t corbetas, patrulleras, submarinos de patente francesa (el Dafne) y cañones de marina.

El capítulo de vehículos está formado por los Land-Rover, los camiones Chrysler, los camiones Pegaso, así como los anfibios de esta misma firma y sus vehículos blindados, estos últimos aún en fase no industrial.

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