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Crítica:CINE
Crítica
Género de opinión que describe, elogia o censura, en todo o en parte, una obra cultural o de entretenimiento. Siempre debe escribirla un experto en la materia

Los mitos

Cada generación, como se sabe, tiene sus mitos, unas veces surgidos espontáneamente, otras creados, adaptados, fabricados por intereses comerciales como este John Travolta, tan bien acogido por sus imitadores.Quedaron atrás las galerías de famosos servidos por Hollywood, maduros personajes para generaciones hoy Camino de la tercera edad. El amor, la aventura, las pasiones se encarnaban entonces en mitos cuyos nombres llenan una lejana edad de oro. Hoy, el amor, el baile, los conflictos tienen mucha menos edad, pertenecen casi por entero a los jóvenes, protagonistas de unos años en los que todo, al menos superficialmente, gira en torno suyo, empezando por la cuenta corriente de los padres y terminando por la penumbra de las discotecas.

Grease (Brillantina)

Director: Randal Kleiser. Guión: Bronte Woodard. Música: Jim Jacobs y Warren Casev. Intérpretes: John Travolla, Olivia Newton-John, Stockard Channing, Joan Blodell, Frankie Avalon y Eve Arden. EEUU. Musical. Locales de estreno: Fuencarral, El Españoleto y Mola.

La industria, que siempre acecha positivos mercados, comprendió pronto que junto a las bebidas refrescantes, ya a ellos en gran parte dirigidas, otras fuentes se abrían, quizá más importantes y directas. Así surgió el mercado del disco con su mafia de emisoras y discjockeys, y así nació también un estilo de cine especial, no para niños ni para mayores, sino para, adolescentes. Quedó atrás; James Dean con sus historias románticas que aún era preciso interpretar y he aquí John Travolta sin demasiadas complicaciones salvo las que plantea con sus pasos de danza y sus sonrisas excitantes, mas, como no se trata aquí de historia, ni de moral, ni de psicología, sino de mostrarnos la victoria de esa danza y su cuerpo, de un rostro que conquista a su público, diremos que en gran parte llega a él por lo que deja ver, por que en él se adivina una falta total de pensamiento. Su presencia física se impone a pesar de no aparecer en esta ocasión como total protagonista. El resto lo añade la columna sonora que es buena y pegadiza, y la excelente coreografía que cuenta con números como la danza en torno al viejo coche.

Esta enésima Love Story sucede entre estudiantes vistos a través del prisma a que cierto tipo de cine americano nos tiene acostumbrados. La verdad es que ni estudian, ni son jóvenes tampoco; son maduros, rectos y tradicionales aunque, como todos los ingenuos, presuman de cinismo a ratos.

El guión apenas existe y el realizador, en esta su primera obra, tampoco aparece demasiado inspirado salvo en el número final, quizá el mejor de la película. Se ha limitado a copiar los musicales de antaño, que, como nadie ignora, se parecen a nuestras viejas zarzuelas en donde los protagonistas charlan o cantan según convenga a quien fabricó la historia.

Todo lo dicho poco importa, por supuesto, a un público de adolescentes excitado y fervoroso que sigue en acción, murmura por lo bajo sus canciones y sujeta sus pies a duras penas. Nada sabe, nada le preocupa. Travolta piensa por ellos, canta por ellos, baila por ellos, los domina con sus gestos eróticos, a la vez los anula y los excita. Con ese fin se ha filmado la película y es preciso reconocer que cumple a la perfección su alienante cometido.

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