Los militantes del PNV fueron mayoría en las cuatro provincias
Alrededor de 60.000 vascos -en su mayor parte del PNV- desafiaron ayer la lluvia para manifestarse en las cuatro capitales de Euskadi en apoyo de sus fueros y, más concretamente, para que su reconocimiento constitucional se ajuste a los términos aprobados por la Comisión del Senado. Ni un solo incidente se registró a lo largo de las cuatro manifestaciones, cuyo denominador común podría ser esta pancarta del PNV: «Los fueros son nuestra Constitución».
Ocho partidos apoyaron la convocatoria conjunta, aunque no todos respetaron la exigencia nacionalista de que no hubiera consignas ajenas al tema foral o contrarias a la Constitución. Al margen del PNV, promotor de la iniciativa, los restantes partidos convocantes se alinean a la izquierda: ElA, EKA (Partido Carlista), PTE, ORT, ESEI, ANV-ESB y EKIA. También el Movimiento Comunista y LKI se sumaron a la marcha, aunque sin firmar el manifiesto común y con referencias expresas al derecho de autodeterminación.UCD, PSOE y PCE prefirieron en su día quedar al margen de la convocatoria, en parte por discrepancias con el texto de la enmienda adicional que los nacionalistas vascos tratan de sacar adelante por encima de todo, y también porque no estaban de acuerdo con que un tema constitucional debiera sacarse a la calle.
Una vez más, las siglas del PNV capitalizaron en gran parte las cuatro manifestaciones, ya que cerca de 50.000 personas desfilaron tras sus pancartas. No obstante, y tal vez por culpa del mal tiempo, ni siquiera los nacionalistas movilizaron en esta ocasión los contingentes humanos que en otras ocasiones han arrastrado por cuestiones quizá menos importantes, máxime si se considera que el pasado domingo y con ocasión del Día del partido, reunieron a más de 100.000 personas en Vitoria.
Junto a la exigencia del reconocimiento foral y a la contestación de algunas competencias que el Estado se reserva con exclusividad en el texto constitucional, tampoco esta vez faltaron las alusiones a los conciertos económicos («Madrid, los millones son de aquí»), sobre todo entre las filas nacionalistas. Los partidos de la izquierda prefirieron, sin embargo. proclamar su «no a la Constitución», mientras algunos grupos abertzales repetían también consignas de «Independencia».
En los manifiestos conjuntos leídos al final se dijo que una campaña adversa, desatada en todo el Estado, trata de presentar como privilegios irritantes unos derechos irrenunciables que las cuatro provincias vascas han reclamado permanentemente desde el expolio foral. Esta reivindicación no contradice, en opinión de los firmantes, «el decidido propósito de solidaridad con todos los pueblos del Estado». El manifiesto leído en Bilbao expresaba que los vascos sienten que la defensa actual de los derechos históricos pasa por el mantenimiento inalterable de la disposición adicional ya aprobada en la comisión del Senado.
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