Los dictadores latinoamericanos, contra el proyecto de Washington sobre Nicaragua
Los regímenes dictatoriales de América Latina hicieron ayer un frente común en la reunión de cancilleres de la OEA para impedir que fuera aprobada una resolución sobre Nicaragua, en la que se pide sean investigadas las alegaciones sobre atrocidades cometidas por la Guardia Nacional contra la población civil. Por otro lado, el Senado norteamericano ha bloqueado la ayuda a Nicaragua.El proyecto de resolución, que había sido redactado por un grupo de trabajo en base a propuestas de Estados Unidos y El Salvador, encontró la oposición de los representantes de las dictaduras y regímenes militares en la Organización de Estados Americanos (OEA), que consideran algunos párrafos del mismo como una injerencia en los asuntos internos de Nicaragua.
La reunión de consulta de los ministros de Asuntos Exteriores de la OEA optó por votar uno a uno los párrafos de proyecto de resolución, sin que se hubiera alcanzado un resultado definitivo a la hora de transmitir esta crónica. La votación continuará en la madrugada del domingo, hora de Madrid, y el punto más conflictivo es el párrafo cuarto de las recomendaciones, en el que se pide que una comisión investigue las violaciones de los derechos humanos que podrían haberse registrado en Nicaragua durante los enfrentamientos de las pasadas semanas.
Estados Unidos y un grupo de países democráticos de Latinoamérica no tienen los diecisiete votos que se necesitan para hacer pasar la resolución y deben hacer frente a los representantes de los regímenes autoritarios, que se oponen al envío de cualquier misión investigadora y alegan que tal tipo de investigación supondría una violación de la carta de la OEA, ya que supone una injerencía en los asuntos internos de un país del hemisferio.
Reacciones enfrentadas
Simultáneamente a los debates e n la reunión de consulta de la OEA, los acontecimientos de Nicaragua provocaban diversas reacciones en él Congreso norteamericano. Por un lado, el Senado bloqueaba la concesión de fondos al régimen de Somoza, mientras que, por otro, un grupo de 78 legisladores pedía al presidente Jimmy Carter que exprese su apoyo total al dictador nicaragüense para evitar que Nicaragua se convierta en una «segunda Cuba».
Al aprobar la ley de ayuda económica exterior, el Senado norteamericano retiró del texto de la misma ocho millones de dólares que, bajo el concepto de «ayuda al desarrollo», iban destinados a Nicaragua. El senador Frank Church pidió al Gobierno que retirase su apoyo a Anastasio Somoza.
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