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Reportaje:

La sierra del Segura, Las Hurdes de Jaén

En la aldea de Miller una niña ha muerto asfixiada por falta de asistencia. Un teléfono hubiera solucionado el lamentable suceso, pero, desgraciadamente, su padre tuvo que recorrer veintiséis kilómetros para buscar una comadrona. Los vecinos han denunciado el caso al gobernador civil y piden, a su vez, que, en lugar de emplear el dinero del paro en plantación de pinos, se invierta en la instalación de teléfonos y otros servicios de los que la sierra carece. Ese teléfono está pedido desde hace muchos años, pero desde las altas autoridades de Madrid hasta las de la provincia de Jaén. sólo vienen recibiendo promesas.Este lamentable suceso ha motivado que los parlamentarios del PSOE y el comité provincial de este partido se reunieran con urgencia para pedir atención preferente del Gobierno a los problemas de la sierra. Concretamente, el senador socialista Pedro Luis Martínez solicitará que la zona se declare de agricultura crítica de alta montaña.

Es la comarca más deprimida de Jaén. Tiene una superficie de casi 172.000 hectáreas y se reparte su extensión en un 30% de tierra labrada y el resto sin cultivar. De éste, un 30% es improductivo. Su población es inferior a los 40.000 habitantes, repartida en doce núcleos demográficos, amén de múltiples aldeas y cortijos, diseminados ampliamente por su accidentada geografía.

Las fuentes de ingresos de la sierra de Segura son principalmente, las derivadas de la agricultura, la ganadería y la explotación forestal. El principal cultivo es el olivar, con unas 20.000 hectáreas y una producción media de treinta millones de kilos de aceituna. La riqueza forestal es la más grandes en extensión, pero sólo un 10%, aproximadamente, corresponde a montes de propiedad municipal. El resto es del Estado. Su producción anual se cifra en más de 100.000 metros cúbicos de madera en rollo. La ganadería, que tuvo gran importancia en épocas anteriores, está en franca decadencia.

La deficiente infraestructura es su mal mayor. Comunicaciones pésimas e intransitables, por lo que la comarca suele quedar cada invierno totalmente incomunicada. El ferrocarril Baeza-Utiel, que pasaría por la sierra, aún no se ha construido. Otra cosa son las extraordinarias fuentes de energía, que en nada repercuten sobre la zona. Varios ríos y tres embalses no benefician a la sierra. Ni en su producción eléctrica ni en regadíos, ya que estos aprovechamientos van a otros lugares.

Renfe no convence

La explotación de la madera en esta sierra es, sin duda, otra cuestión alarmante. Renfe, con un curioso sistema que a nadie convence, explota esta riqueza maderera, al igual que en la cercana sierra de Cazorla. Pero no la elabora en la zona, e incluso su transporte a otros lugares del país es foráneo. De ahí que ni un solo céntimo revierta en la población. Hablar de la explotación agrícola de la sierra del Segura es igual que hablar de ruina. La mecanización es deficiente e inadecuada. Por otra. parte, la ganadería tradicional está decayendo de forma progresiva. El problema se le achaca a la política de repoblación seguida por lcona, lo que ha determinado una situación actual de nula rentabilidad.

La situación sanitaria, por otra parte, podría calificarse de caótica. Ni un centro quirúrgico, ni asistencial, ni médicos especialistas, ni siquiera un pediatra. Al igual que les ocurre a los sacerdotes, en la mayoría de los lugares un mismo médico tiene que atender varios pueblos a la vez. En cuanto a la enseñanza, se imparte tan sólo la primaria. El analfabetismo es muy elevado.

Los habitantes se preguntan, ante esta situación de verdadera angustia, por su futuro. Hace varios años cundió el pánico. Se hablaba como si fuera inminente el proyecto de lcona de convertir la comarca en parque nacional. Hubo protestas por parte de los vecinos y, después el tema quedó paralizado. lcona ha realizado una gran labor en muchos aspectos, pero, cuentan los segureños, los más poderosos, con más medios e influencias, consérvaron las tierras en el proceso de deslindes.

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