Enérgica condena occidental de las sentencias a los disidentes
Las duras condenas impuestas por los tribunales soviéticos a los tres disidentes ideológicos Juzgados en la URSS. especlalinente las que recayeron sobre Anatoly Shecharansky y Alexander Guinsburg, han producido tina ola de indignación en el mundo occidental, que se ha limitado. sin embargo. hasta aquellos extremos donde se roza el espíritu de la distensión y la necesidad de imponer controles a la carrera armamentista.En Bonn. el canciller alemán. por ejemplo. manifestó a una cadena de televisión que Estados Unidos no debía adoptar represalias contra la URSS por el tema de los disidentes si éstas ponen en peligro el éxito de las conversaciones SALT. «No se debe interferir en los asuntos internos de otros países». señaló Schmidt.
La prensa europea alemana, belga, etcétera- condenó enérgicamente, sin embargo, la imposicion de estas condenas, que van desde ocho años, en el caso más 1 1 v 1 ano. a trece, en el de Slichar,risky. Se resalta en este .sentido la enfermedad que padece Guinsbur2, que tras pasar varios años en la cárcel por los misinos moti,s,,os puede ahora fallecer en ella.
En España. casi todos los partidos políticos mayoritarios han expresado su repulsa a las sentencias y a los procesos. Ayer, la UGT en v'ó dos tele-ramas al Gobierno so- i C viético. en los que protestó enérgicamente por el tratamiento de la disidencia ideológica en la URSS.
En Bruselas, el grupo liberal del Parlamento Europeo publicó un comunicado en el que calificó de «bárbaro atentado contra los derechos del hombre» la condena. Otras reacciones similares se registraron en el Consejo de Europa, al-inque, con excepción de algunos líderes, la mayor parte de los Gobiernos reaccionaron con silericiO.
La CEE, en un comunicado oficial, también protesto), vía la Comisión Europea, órgano ejecutivo de la Comunidad.
Mientras tanto, la esposa de Slicharansky, a la que el canciller alemán, Hcímut Schmldt, se negó a recibir. ayer a Washington para unirse a la fuerte campana ]nic 1 ada en Estados Unidos en contra de los procesos de disidentes. Lit señora SI-tcharansky también asistió en Europa a numerosas rnanifestaciones en las que se protestaba. primero, los procesos y, luc2o, las condenas.
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