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Entrevista:

Un editor español adquiere los derechos de las obras de Brejnev

Miguel Delibes, Luis Goytisolo, Dolores Medio y Gloria Fuertes, traducidos al ruso

Cinco años de exitencia tiene en la Unión Soviética la sociedad que se preocupa de los derechos de autor. Durante este tiempo su crecimiento ha sido rápido y en la actualidad agrupa a escritores, compositores, científicos, periodistas, arquitectos, etcétera, y defiende sus intereses no sólo en la URSS, sino también en el extranjero, con arreglo a la legislación paralela que existe en esta materia en los países occidentales. El vicepresidente de la VAAP, señor Sitnikov, aclara algunos puntos en relación con esta sociedad.Pregunta. ¿Es obligatorio que los autores de la Unión Soviética pertenezcan a la VAAP?

Respuesta. La VAAP nació como decisión de los autores de organizarse para defender los intereses económicos de todos los que están vinculados a las distintas uniones profesionales que existen en la URSS: escritores, pintores, periodistas, arquitectos. El ser miembro de estas uniones da derecho a que la VAAP defienda sus derechos en la Unión Soviética y en los demás países. Si un extranjero que no pertenece a ninguna de las uniones ha realizado una obra en la URSS y desea que le defendamos, nosotros lo haremos sin mayores problemas.

P. Y si un autor soviético no quiere pertenecer a ninguna unión y tampoco a la VAAP, ¿qué ocurre?

R. Las leyes soviéticas obligan a que todas las operaciones entre editoriales extranjeras con la Unión Soviética se realicen a través de la VAAP. Si particularmente un autor hace negocios con una editorial extranjera, sin pasar por nosotros, no nos preocupa el resultado y deberá resolver personalmente los problemas que le plantee la ley soviética. Por otra parte, los servicios bancarios con el extranjero están controlados por VAAP. Puedo decirle que los autores que no están vinculados a nuestra sociedad prácticamente no existen. Para publicar libros en el extranjero hay que acudir a los servicios de VAAP, nadie puede hacerlo por su cuenta porque es ilegal.

P. ¿Qué relaciones mantienen ustedes con la Sociedad General de Autores de España (SGAE)?

R. Desde nuestra fundación los contactos lian sido escasos. Aunque desearnos ampliarlos, ya que el castellano es la segunda lengua del mundo. Yo estuve en España en 1975 a la cabeza de una delegación soviética que tomó contacto con la SGAE y con el Instituto Nacional del Libro Español (INLE). Con esta última entidad firmamos un memorándum para colaboración. En 1976, en Moscú, una representación de la SGAE firmó un acuerdo y, a partir de ese momento, nuestra asociación participa en las ferias del Libro que se celebran en Madrid y Barcelona. Las relaciones son buenas, y los únicos problemas que existen son de tipo financiero, pero nunca graves.

P. Ustedes son la única posibilidad oficial de editar libros en castellano en la URSS. ¿Los derechos de edición con España los obtienen a través de la SGAE o del INLE?

R. No. La edición de libros la hace VAAP, que representa a los autores soviéticos y conecta directamente con las editoriales españolas con participación del INLE o de la SGAE. Mantenemos contactos en estos momentos con veinte editoriales españolas, y en los últimos meses, después del restablecimiento de relaciones diplomáticas, hemos observado que, además de los clásicos rusos, a las editoriales españolas les interesan los libros dedicados a la ciencia, la técnica, la política y, principalmente, los trabajos dedicados a problemas sociales y económicos.

P. ¿Cuáles son sus últimas relaciones con editoriales españolas?

R. Después de recientes conversaciones hemos vendido a Ramón Mendoza, representante de Prodag, la exclusiva para editar Tierra pequeña, Renacimiento, que son dos pequeñas obras escritas por el propio Brejnev; una serie de sus artículos sobre política internacional titulados La paz es el patrimonio de los pueblos, y Ensayos biográficos sobre Leónidas Brejnev, escrito por un grupo de científicos de la Academia. Es más breve este volumen que el publicado en Estados Unidos titulado Páginas de la vida de Brejnev. El señor Mendoza ha comprado los derechos mundiales para las ediciones en castellano.

P. En la Unión Soviética sólo se venden libros en castellano editados por la editorial soviética Progreso o por las editoriales cubanas, cuyas ediciones no son muy buenas. ¿Por qué no se venden en la URSS los libros editados en España?

R. En la Unión Soviética existe la posibilidad de vender los libros editados en el extranjero. Durante muchos años sólo se vendían libros editados en países del Este, ahora se realizan importaciones del mundo occidental. La compra de estos libros la realiza una central de comercio que se denomina Libro Internacional. El problema principal con que se enfrenta es la falta de divisas. Libro Internacional no dispone de dos millones de rublos anuales, y, con esta cantidad compraría en Estados Unidos y otros países occidentales obras de arquitectura, pintura, libros para niños y los de autores cláscos que necesitan nuestros estudiantes en las universidades.

P. En la Unión Soviética se desconoce a los autores españoles contemporáneos. ¿Se ha pensado en editar en la URSS a los escritores más representativos de las últimas generaciones?

R. Para conocer bien a los autores contemporáneos sólo existe un camino, vender a través del VAAP los derechos para la edición en castellano de esos libros. Nosotros estamos muy agradecidos cuando los representantes de las editoriales españolas vienen a la Unión Soviética y nos dan posibilidades de editar estos libros sin tener que esperar a los trámites burocráticos.

Actualmente no llega a la docena el número de autores españoles a los que VAAP va a editar sus obras. Entre ellos se encuentra La guerra de nuestros antepasados, de Miguel Delibes, que va a ser traducida al kirsiki y al ruso; también se hará una edición en ruso de Farsa de verano, de Dolores Medio; Recuento, de Luis Goytisolo, y los poemas de Gloria Fuertes.

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