Grecia: los norteamericanos son bienvenidos sólo como turistas
-¿Los americanos? Bueno, que se vayan a sus casas, que nos dejen en paz. Bastante daño nos han hecho. Como clientes, vamos, como turistas, son bienvenidos. Pero su política, bah, bah...Mikas tiene 52 años y es el encargado de uno de los modernos cafés que se extienden en una marea de soleadas mesitas por la plaza Syndagma, en el centro justo de Atenas. A Mikas le ha ido bien en la vida y forma parte de ese 41,85% de griegos que votó a la Nueva Democracia en el pasado mes de noviembre.
-Sin embargo, el primer ministro Caramanlis, líder de Nueva Democracia, tiene una marcada tendencia «europeísta» y parece decidido a llevarse bien con Estados Unidos.
-Ah, no: eso es otra cosa. Caramanlis sabrá qué hay que hacer. Caramanlis es muy listo. Yo no entiendo demasiado de política, pero sé que los americanos, bah, bah.
Periódicamente, las calles atenienses se estremecen con el estallido de una bomba: algún noche con matrícula extranjera -con matrícula «yanki»- vuela en pedazos. Aparcado, sin daños personales: es sólo un símbolo del espíritu de reafirmación griego. El récord de explosiones se registró un día de la pasada primavera, el 31 de marzo del 77: ocho coches extranjeros fueron despanzurrados en las calles atenienses. Unos meses antes, en mayo del 76, los manifestantes antiamericanistas llenaban las ciudades de Grecia. En Rodas, entre el 24 y el 25 de mayo hubo 81 heridos, y el portaaviones América no pudo hacer escala. Dos semanas más tarde, los municipios de Rodas, Mytilene y La Cane declararon indeseable a la VI Flota de Estados Unidos, y en Mykonos los comerciantes amenazaron con cerrar sus puertas si los marines osaban pisar sus calles amorosamente griegas. Era la combatividad de los primeros años de la recuperada «democracia era la furia de un pueblo que se vengaba en Estados Unidos y en la OTAN de una historia reciente demasiado sangrienta.
La OTAN, responsable de la dictadura
-Sí, creo que en cierta medida los sentimientos antiamericanistas y antiOTAN son muy fuertes entre los griegos, sobre todo en la gente joven -dice Yannis Haralambopoulous, diputado del socialista PASOK, principal partido de la oposición con el 25,33% de votos. Por supuesto no está satisfechos, porque después de todo, a los ojos de los griegos y sin tener en cuenta las afiliaciones políticas de cada uno, la OTAN es responsable de la dictadura de los coroneles y de la catástrofe de Chipre.
Ya se sabe que Grecia se salió de la rama militar del Pacto Atlántico en el 74, «conservando sus relaciones políticas con la OTAN», como dice Imbrakis consejero para la OTAN en el Ministerio de Asuntos Exteriores griego, y hombre de Caramanlis, por supuesto. Y el pueblo griego acusa a la Alianza Atlántica haber ayudado a los turcos en la invasión de Chipre del 74, de haber sentado a los coroneles en el poder -siete años de dictadura y de represión- con la excusa del Plan Prometeo: «Movilización contra el enemigo interno en caso de conflicto exterior.» El fantasma de una supuesta invasión comunista sobre Grecia fue la máscara que cubrió la acción de Papadopoulos, ese Papadopoulos hoy condenado a cadena perpetua en una prisión ateniense.
-Yo creo que esos sentimientos en contra de la OTAN y en contra de Estados Unidos no son sólo privativos de Grecia, sino que puede verlos reflejados en la prensa de todo el mundo -dice el consejero Imbrakis-, parte de nuestra prensa también está en contra de Estados Unidos y de Alianza, como otra parte está en contra de Rusia. Esto es normal, en Grecia hay libertad de prensa y cada uno escribe lo que quiere. Yo no diría que los griegos están en contra de Estados Unidos: diría que piensan que Estados Unidos podría ayudar un poco más en las relaciones entre los turcos y nosotros.
-Y la creencia de que Estados Unidos fueron los principales responsables de la dictadura de los coroneles...
-Ah, yo estaba fuera de Grecia en ese momento, dejé el país antes, de la dictadura y, por tanto, no puedo decirle lo que pasó, pero no creo que tuviera nada que ver con Estados Unidos.
El Mercado Común Europeo
Sin embargo, Constantin Caramanlis, que «tampoco estuvo en Grecia durante la dictadura», se vio obligado a desconectarse militarmente de la OTAN a la caída de los coroneles: era éste un paso obligado, había que responder a las exigencias del herido pueblo griego. Pero han pasado ya cuatro años y la situación se le escapa de las manos: está el problema del Mercado Común Europeo, en la que el primer ministro quiere ingresar por encima de todo. Está Chipre, invadida en un 40% por tropas turcas, aunque el 80% de la población sea griega. Están las 2.000 islas del mar Egeo, rico en petróleo, unas fronteras indefinidas cuyos límites se discutieron estos días en Montreaux entre Caramanlis y el primer ministro turco, Bulent Ecevit. Está el «peligro turco». Y está, por supuesto, esa inconsistente, incómoda relación con la OTAN, una situación artificial que Caramanlis quiere solucionar en breve. Parecería que el arreglo de cuentas con el Pacto Atlántico es un paso obligado y previo para la inclusión en la CEE, aunque Imbrakis sea tajante en la versión oficial al respecto.
-Está completamente claro, por parte de todos los jefes de Gobierno de las potencias que no es necesario que Grecia entre en la OTAN antes de ingresar en la CEE. Son dos cuestiones completamente diferentes...
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