La URSS esperará a que se adopte una decisión
Si el presidente Carter decide suspender la producción de la bomba de neutrones, la Unión Soviética sería el país más beneficiado por tal decisión. Un funcionario soviético reconoció ayer que, conocida la machacona oposición del Kremlin a la introducción de esta nueva arma en el panorama militar europeo, el alivio sería general entre el establecimiento defensivo soviético.
Pero, según medios diplomáticos de la capital soviética, el Kremlin no las tiene todas consigo todavía sobre la presunta decisión norteamericana. En realidad, sus dirigentes fueron cogidos por sorpresa cuando el diario New York Times descorchó la noticia, e incluso ayer se dudaba en Moscú que ésta tuviera visos de veracidad.
Para algunos observadores, los dirigentes norteamericanos están jugando un doble juego con la controvertida arma de neutrones. Su objetivo, añaden, sería obtener ventajas en la mesa de negociaciones de las conversaciones SALT, a cambio de renuncias paralelas por parte del Kremlin. En concreto, su objetivo sería anular, por negociación, el desarrollo del misil intercontinental soviético SS-20.
Medios informados occidentales de Moscú están convencidos que el Gobierno de Washington no ha informado todavía al Kremlin de su supuesta decisión sobre la bomba N. Pero el domingo pasado, el diario Pravda opinaba que las noticias sobre una supuesta suspensión del desarrollo de la bomba N eran «globos-sonda teledirigidos» desde Washington para comprobar la reacción popular mundial.
En cualquier caso, la postura oficial soviética ante cualquier decisión que adopte el presidente Carter no se espera que sea pública hasta que el propio Carter anuncie la suya. Privadamente, sin embargo, medios soviéticos reconocen que la bomba de neutrones es uno de los puntos más discutidos que obstaculizan cualquier avance en las negociaciones SALT.
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