7+8 Sen
Entre enigmático y pitagórico, el título general de esta exposición (7 + 8 = Sen) responde a sencillísima lectura: siete son los pintores que la integran, y ocho los años que resumen la historia de la galería Sen, cuyo nombre, siendo simple suma de ambos datos, parece imprimirse con aires de fórmula mágica. Siete pintores inauguraron, hace ocho años, la galería de nuestro caso; los mismos siete que ahora cuelgan en ella, por vía de reconocimiento u homenaje, algunas muestras de su actual quehacer. ¿Algo más? Que ha llovido un tanto de aquel tiempo a esta parte; que era aquélla, por ejemplo, la primera vez que Gordillo exponía en Madrid... y que, a tenor de los precios de entonces y de ahora, no resulta difícil desprender el ascenso de los valores y el auge, también, de la inflación.En la exposición de 1970 pudo usted haber adquirido una pintura de Gordillo por la cifra irrisoria de 8.000 pesetas. Todo quedó en mera posibilidad. Ni Gordillo vendió un solo cuadro ni su arte, eminentemente renovador, dio pábulo a las atenciones y pasiones que, años después, habla de suscitar. El boom seguía ciñéndose, por el entonces, a las glorias del informalismo español, y otros eran aún los valores cotizados en galería. Es de saberse, sin embargo, que el universo de Gordillo estaba ya plenamente conformado y que, si no atrajo el interés de los inversores, sí cautivó las miras de incontables émulos y plagiarios en cadena.
7+ 8 Sen
Galería Sen.Núñez de Balboa, 37.
También estaban plenamente definidas, y en ello quedaron, las risueñas escenas domésticas de J. M. Rodríguez Urculo, por el contrario, ha elevado a categoría glúteo-cósmica los moderados escarceos eróticos de entonces; Isabel Villar ha ampliado los formatos, distendiendo con ellos el horizonte del ensueño; De la Cámara ha investido de harto mayor complejidad la sistemática repetición de sus semblantes humanos, y Alfredo Alcaín ha venido renunciando, día a día, al carácter meramente representativo de sus escenas populistas, para poner todo el énfasis, ironía incluida, en el proceso elemental, en el hacerse mismo de la obra.
De entre los siete pintores, y reconocido como queda el mérito de cada quien, me ha causado particular impresión Luis Fernando Aguirre. Poco o nada prevalece, en sus actuales pinturas, de sus figuraciones de antaño. Frente a la composición y buen acabado de sus obras de aquel entonces (y de otros más cercanos), la forma se ve ahora profundamente analizada, desguazada y recompuesta a favor de unas leyes que poco o nada tienen que ver con el canon de la representación, en tanto tiende el color a adquirir una entidad autónoma, sabia y pacientemente impresa o diluida en la admirable claridad de la visión. Progreso esencial o salto a otro confín se llama esta figura.
Babelia
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