Documenta
Si, al tiempo de la inauguración de la VI Documents de Kassel, fue la galería Buades la única que tuvo a bien ofrecernos una exposición retrospectiva y crítica de sus cinco anteriores ediciones, no duda ahora, meses después de su clausura, en ilustrar al visitante acerca de lo ocurrido, para bien o para mal, en la muestra estético-vanguardista de mayor resonancia internacional. En colaboración con el Instituto Alemán de Madrid, las aguerridas gentes de Buades presentan al respetable una bien nutrida recensión explicativa del suceso, a base de paneles fotográficos y con la ayuda de un audiovisual y la proyección de una película de dieciséis milímetros.Obstinadas gentes
Vale, en esta circunstancia, otorgar mayor mérito y relieve a la actitud de quienes nos traen la exposición que a la objetividad de lo expuesto. Ejemplar conducta la de estas obstinadas gentes de Buades que desde el día mismo de la inauguración de su galería se han empeñado (empeñando con ello los recursos de su propia supervivencia) en ofrecernos, contra viento y marea, todo aquello que responda a una auténtica exigencia de actualidad o venga certificado por el sello legítimo de la vanguardia. Una semana durará la recensión gráfica y cinematográfica del acontecimiento de Kassel; una semana más en que una galería al borde de la ruina accede a regalarnos (ni ánimo, ni posibilidad de lucro hay en el empeño) el espectáculo resumido de lo que hace unos meses concitó, como es costumbre, los intereses de las más prestigiosas galerías internacionales.
Documenta
Galería BuadesClaudio Coello, 43
No contentos con haber editado, hace apenas un mes (a expensas suyas y con previsible quebranto económico), una de las pocas publicaciones españolas en que el pensamiento puro -rara avis por estos pagos- se concilia con la práctica específica del arte (Humo es el título que obra en su cabecera) vuelven a reincidir los rectores de Buades en la propuesta, eminentemente cultural y obviamente antieconómica, de lo que en Kassel propusieron y vieron los elegidos y ahora le es dado contemplar, ya que no adquirir, a quien le plazca.
Remitiéndome a la exposición, diré que la selección de los paneles fotográficos, la continuidad del audiovisual y la intermitencia de la proyección cinematográfica (se pasa diariamente, desde las 19,30 a las veintiuna horas), pueden dar al espectador una idea, si no de lo ofrecido en Kassel (concurrieron a la Documenta alrededor de setecientos artistas, con el balance aproximado de 4.000 obras), sí de los criterios, reclamos y modas a que se atuvo el mayor escaparate de la plástica mundial.
Babelia
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