Primera visita de un presidente norteamericano a la CEE
Por primera vez desde su fundación, en 1958, un presidente de Estados Unidos visitará hoy la sede de la Comisión de las Comunidades Europeas. La presencia oficial del presidente Jimmy Carter en la CEE se interpreta como un gesto positivo en dirección de una mayor cooperación entre el Mercado Común y Estados Unidos. La situación del dólar, el triángulo USA-CEE-Japón, la energía y las relaciones con los países en vías de desarrollo serán los temas principales a tratar entre Carter y Roy Jenkina, presidente de la Comisión Europea.Finalizado lo económico, Jimmy Carter acudirá a la sede de la OTAN para conversar con sus principales dirigentes. En lo político, con Joseph Luns, secretario general. En lo militar, con el general Alexander Haig, comandante: en jefe de las tropas aliadas estacionadas en Europa.
La cooperación atlántica en materia de defensa y, sobre todo, la opinión de los aliados europeos respecto a la bomba de neutrones constituirán el capítulo principal de las discusiones en la sede de la Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN).
Respecto a la bomba de neutrones, cuya particularidad consiste en matar a hombres y animales dejando intacto el resto, el presidente Carter espera luz verde del lado europeo para decidir oficialmente la fabricación de la sofisticada arma.
Varios países miembros de la OTAN se oponen al proyecto de la bomba de neutrones (Holanda, Noruega, Dinamarca e Islandia). Otros se muestran reservados sobre el proyecto de almacenar dichos ingenios militares en suelo europeo. Los estrategas militares responden que es la única arma defensiva capaz de frenar un eventual ataque de columnas de tanques soviéticos en territorio de Europa occidental. Añaden que la URSS cuenta con armas análogas, tan terribles como la ingeniosa bomba de neutrones. Entretanto, americanos y soviéticos continúan negociando la no proliferación de armas nucleares (SALT II). Entierran una generación de armas ante los nuevos ingenios que no figuran todavía en el capítulo de control.
Jimmy Carter finalizará en Bruselas su periplo de nueve días que le llevó a siete países en dos continentes. Llegará a las 11.30 para salir a las dieciocho. En pocas horas, Carter almorzará con el rey Balduino y el primer ministro belga, Leo Tindemans.
Pasará revista a los múltiples problemas comerciales y monetarios con los responsables del Mercado Común -eufóricos y contentos de que, por fin, un presidente de Estados Unidos reconozca simbólicamente a la CEE visitando su sede- y se despedirá en la OTAN, no precisamente con un «adiós a las armas».
El equilibrio del terror entre e Este y el Oeste no se lo permite por el momento.
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