"Una abrumadora mayoría de la población es contraria al régimen militar chileno"
P.: ¿Cuál es la situación política de Chile en estos momentos?A. Zaldivar.: Chile está viviendo bajo el régimen de una dictadura personal del general Pinochet, que tiene el apoyo de las Fuerzas Armadas y de los sectores de extrema derecha. Ahora están tratando de mejorar su imagen externa, pero no por eso deja de ser una dictadura. No es un Gobierno de las Fuerzas Armadas como instituciones, sino una dictadura personal que cada vez se perfila mejor. Una abrumadora mayoría de la población es contraria al régimen y una todavía más abrumadora mayoría es crítica al régimen, incluso sectores de la producción, de derecha.
P.: ¿Qué alianzas se están dando en la oposición?
A. Z.: En este momento la De mocracia Cristiana tiene mucha fuerza, desde el punto de vista interno, que no la podemos ex presar por medio de los votos. También están los sectores que quisieran integrarse a una posición socialdemócrata o so cialista democrática, incluso existe una derecha democrática, aunque son pocos. La tarea de nosotros en estos momentos es renunciar a posiciones persona listas e individualistas, a creer que nosotros podemos optar por sí solos al poder. Aquí la Demo cracia Cristiana no es nada si no es capaz de formar una gran alianza. La izquierda se ha ido abriendo cada vez más a la posibilidad de una conversación, a pesar de que si esto usted lo plantea afuera, donde la Unidad Popular está funcionando, en el exilio, es más difícil que pueda lograrse un entendimiento. Pero la Unidad Popular debe entender que las alianzas se van a hacer en Chile y no en el extranjero.
P.: ¿En esta alianza se incluyen sectores de las Fuerzas Armadas?
A. Z.: No es un problema de alianza entre diez o veinte militares o treinta, o diez civiles, es un problema de consenso de objetivos. El objetivo es recuperar la democracia. Si las Fuerzas Armadas concurren a ese objetivo nosotros estamos con ellos. Nuestro esfuerzo debe estar en persuadir a las Fuerzas Armadas para que busquen un consenso nacional para una salida hacia la democracia; este consenso no significa que vaya a haber un pacto político- militar. Nosotros no estamos con esa tesis. No la creemos conveniente ni para los civiles ni para los militares.
P.: Pero ¿cuáles serían los caminos concretos para recuperar la democracia?
A. Z.: Hay dos posibilidades, dos opciones: la primera es que en un momento podría haber una explosión, así como hubo en Argentina un cordobazo o en Colombia un bogotazo o como se produjo en Portugal una explosión popular que hizo reventar el sistema. Personalmente creo que en Chile no están dadas las condiciones y que no es la salida que debiéramos optar inteligentemente por el bien del país, porque una salida en anarquía, posiblemente traería el establecimiento de un régimen democrático, pero con bastantes sufrimientos para el país. La segunda opción es en la que nosotros creemos: buscar un gran consenso de las Fuerzas Armadas con los civiles, pero ¡nada con Pinochet! Con él no hay acuerdos. Sería un consenso de todos los chilenos que queremos realmente la democracia.
P.: ¿En ese consenso estaría incluida la Unidad Popular?
A. Z.: La Unidad Popular no puede pretender que aquí no ha sucedido nada el 11 de septiembre de 1973. Nuestra alianza es formar lo que hemos llamado un frente humanista. En este frente humanista nosotros ponemos condicionantes: en él pueden participar todos aquellos que tengan fe democrática real y cuyas políticas no sean dependientes de modelos políticos antidemocráticos. Como consecuencia nosotros excluimos al Partido Comunista como una fuerza posible de integrarse en una alianza de Gobierno, porque el Partido Comunista de Chile es un partido stalinista, leninista, por decirlo en términos más precisos desde el punto de vista ideológico, que tiene como meta un modelo de sociedad que no es democrático ni humanista.
Otra gente que queda, excluida en este frente humanista son los sectores extremistas, ya sean la derecha antidemocrática, ya sea el extremismo de izquierda como el MIR, también el Partido Socialista si no se recrea. Nadie pide que el Partido Socialista chileno sea un partido burgués. Hay partidos socialistas que aceptan el análisis del punto de vista marxista, pero que en su concepción son democráticos: me refiero al caso de Nenni, el mismo caso de Felipe González en España, los socialistas nórdicos, ese socialismo es el que hay que recrear en Chile, el socialismo chileno había pasado más allá que el Partido Comunista en materia de pretender como modelo de sociedad un modelo regido por la dictadura del proletariado y la lucha de clases. Aún más, en el último congreso que tuvieron en la ciudad de La Serená, estando en el Gobierno, se aprobó como norma que la toma del poder total sería por la vía violenta y no por la vía electoral, a pesar de que ellos habían accedido al poder por la vía electoral. Hay todo un proceso de decantamiento político, de reubicación de fuerzas políticas que va a determinar en definitiva las alianzas; creo personalmente que las condiciones se dan para que exista un frente amplio sin los marxistas, un frente humanista que podría ser el sustentador del Gobierno, pero al mismo tiempo eso no quiere decir que la democracia a que nosotros optamos vaya a ser limitada, no puede excluirse a nadie por problemas de ideología, ni siquiera al Partido Comunista, todos tienen cabida, esto tampoco quiere decir que la democracia no tiene que buscar sus resguardos para sancionar a aquellos que desde el propio sistema democrático tratan de destruirlo.
P.: ¿Ve usted algún plazo para un cambio de situación política concreta?
A. Z.: Es muy difícil hablar de plazos. Es casi absurdo, pero tengo la esperanza de que sea breve, es como esos días nublados en que, de repente, aparece un rayo de sol que uno nunca creyó que iba a aparecer y en la tarde ya está despejado. Con las dictaduras pasa lo mismo, son firmes hasta el día antes de que caen. Los síntomas son de salida. Aunque es muy delicado decirlo, creo que un plazo razonable sería de dos o tres años. El proceso ya comenzó.
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