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Colaboración generalizada con la CIA de los medios informativos norteamericanos

Mientras el presidente James Carter da los últimos toques a un decreto-ley para reorganizar y purgar los servicios de espionaje norteamericanos, una revista revela que, en los últimos veinticinco años, las principales empresas de información colaboraron con la Agencia Central de Espionaje (CIA).

Según un artículo que aparecerá en la revista Rolling Stone del próximo mes de octubre, unos cuatrocientos periodistas pertenecientes a importantes medios de comunicación, como el diario The New York Times o la cadena de televisión CBS, intercambiaron información con la CIA, o ayudaron a los agentes del servicio de espionaje en sus operaciones en el extranjero.El artículo, escrito por Carl Berstein, ex redactor del diario Washington Post y uno de los dos periodistas que denunció el escándalo Watergate, amplia las acusaciones sobre la penetración de los servicios de espionaje en la prensa norteamericana.

En su artículo, Berstein asegura que por lo menos veinticinco empresas periodísticas proporcionaron credenciales de corresponsales en el extranjero a agentes de la CIA.

Entre las empresas enumeradas se encuentra lo más granado de la prensa norteamericana: las tres cadenas nacionales de televisión -ABC, NBC y CBS-. las agencias de prensa AP y UPI, más la agencia británica Reuters; los dos diarios liberales más influyentes, The New York Times y The Washingon Post, más el semanario Newsweek; las poderosas cadenas de diarios Hearst, Scipps-Howard, el diario Miami-Herald y otros medios.

Las denuncias contra los servicios de inteligencia, que se iniciaron nada más concluir el escándalo Watergate y se han prolongado durante estos últimos tres años, han decidido al presidente Carter a realizar una amplia reorganización de los servicios de inteligencia.

Según los columnistas conservadores Rowland Evans y Robert Novak, el presidente Carter firmará, posiblemente esta semana, un decreto ley que concederá al actual director de la CIA, almirante Stansfield Turner, plenos poderes para purgar y reestructurar los frondosos y autónomos servicios de espionaje.

Una de las más espectaculares medidas que planea el almirante es cesar a cerca de ochocientos veteranos de la CIA.

El presidente quiere, además, que el almirante Turner controle todos los servicios de espionaje, por lo que el nuevo decreto le dará poder sobre la oficina de reconocimiento del pentágono, que controla la red de satélites espías, la Agencia Nacional de Seguridad, que intercepta todo tipo de comunicaciones y la Agencia de Inteligencia de Defensa, central de espionaje de los tres ejércitos.

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