Dos Españas en el exilio
He comprendido perfectamente la tragedia que supone -para los interesados y para España- ese millar de años de cárcel y exilio que suman los candidatos de izquierdas, según el informe de Ismael Fuente.Comprendo menos la guasa sobre las dificultades de Unión de Centro Democrático para facilitar algún dato sobre sus hombres. Lo comprendo menos desde esta ciudad de Murcia, de donde tuve que partir para el primero de los tres exilios que, junto a mi familia, sufrí entre 1931 y 1936, es decir, entre los cuatro y los nueve años de edad. Los dos primeros (1931-32 y 1932-33, con una breve interrupción antes del diez de agosto) en Hosseger, cerca de Las Landas; el tercero, durante el segundo semestre de 1936, dentro de una embajada, la de Noruega, en Madrid y luego otra vez en el sur de Francia.
Cuando una de las dos Españas ha ocupado el poder, como venganza su primera medida ha sido desterrar a la otra. Como en el último siglo y medio las ocupaciones vindicativas del Poder por la derecha se han prolongado más, los exilios de la izquierda han sido más duraderos. Pero las dos Españas han sido, para la venganza, la misma España. La causa de que los hombres y mujeres de la derecha hayan sufrido menos exilios no es labondad y el civismo de la izquierda, sino el hecho de que la izquierda ha mandado menos tiempo.
Puede resultar oportuno recordar esto ahora que por primera vez en la historia estamos en condiciones de no exiliarnos más unos a otros. Pero tres exilios antes de los diez años dejan alguna huella en el recuerdo.
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