Mutilados del ejército republicano
El día 11 de enero, según un real decreto de la Presidencia de Gobierno, no se hacían públicas las pensiones para estos hombres.Antes aún, en el mes de abril de 1976, se empezaron, no sin dificultades, los reconocimientos, médicos de las distintas mutilaciones, desde entonces, y transcurrido ya un año, son muchos los que, a sus ochenta años piensen que el vencido... vencido está y las palabras se las lleva el viento.
¿Hasta cuándo, señores?
Con la mejor voluntad, estos hombres han luchado por sobrevivir, ya que al ser «rojo» no tenían derecho a puestos de trabajo alguno, en su mayoría, carentes de otros recursos económicos, han tenido que humillarse una y mil veces para conseguir el pan necesario para sus hijos... A éstos se les ha negado la posibilidad de estudiar, teniendo en muchos casos que trabajar en condiciones y a edades vergonzantes. Y yo, víctima relativa de lo anteriormente expuesto, vuelvo a preguntar... ¿Hasta cuándo, señores?
No quisiera extenderme dernasiado, pero antes sí aclarar que estos hombres, tampoco amparados por la Seguridad Social, entonces que, al menos, reciban cuanto antes la parte que les pueda corresponder de esa pequeña pensión, aprobada y hecha pública a «bombo y platillo» y que dado el incremento, del costo de la vida, y la edad de estos hombres, quizá puedan comprarse una docena de claveles el día de su muerte.
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